Trapero tacha de chapuceros y descontrolados al Gobierno, a la Guardia Civil y a la Policía en su relato del 1-O

El exmayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, con Carles Puigdemont y Jordi Jané
El exmayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, con Carles Puigdemont y Jordi Jané
Carlos Cuesta

El mayor de los Mossos destituido Josep Lluis Trapero no sólo no acepta ni el más mínimo fallo en la actuación de los Mossos el 1-O, sino que realiza una descripción de la Policía Nacional, Guardia Civil y del propio Gobierno de auténticos chapuceros y cuerpos e instituciones carentes de la más mínima profesionalidad y control.

Lo plasma en el informe personal trasladado ya a la Justicia -tras la querella presentada por Vox- y al que ha tenido acceso OKDIARIO. Un relato en el que culpa a la Secretaría de Estado de Seguridad, al sistema de coordinación de las policías establecido por Pérez de los Cobos y al descontrol de los cuerpos de la Benemérita y Policía de todo lo ocurrido.

Trapero habla de fallos en los sistemas informáticos, de problemas con el software, de incompatibilidades entre ordenadores, de reuniones a las que supuestamente no acudían los representantes nacionales, de actuaciones de la Guardia Civil y Policía sin comunicar ni coordinar con nadie y totalmente improvisadas. Y de todo culpa a los agentes nacionales enviados a Cataluña y a los encargados del Gobierno de evitar la celebración del referéndum ilegal del 1-O. Esa es la descripción que realiza a lo largo de un extenso informe en el que rechaza cualquier acusación de omisión del deber para, acto seguido, señalar que las movilizaciones de los votantes fueron pacíficas y que, de hecho, cualquier actuación policial adicional a las suyas podía provocar una ruptura del ambiente pacífico que, según él, se vivió.

La escasez de Mossos en los colegios, culpa de Interior

Trapero empieza responsabilizando al dispositivo de la Secretaria de Estado de Seguridad que comanda José Antonio Nieto de la ausencia de Mossos. Lo hace de forma indirecta, afirmando que “en todas las reuniones que se produjeron las informaciones que se compartieron iban en el mismo sentido: habría una alta movilización ciudadana de aspecto pacífico”, factor por el que, según él, se decidió el número de agentes de los Mossos –claramente escaso– que controlaron los colegios.

Por ello, según el informe del ex mayor, “el cuerpo de Mossos d’Esquadra desarrolló su dispositivo ajustándose a los criterios que se habían definido y preestablecido en las reuniones de coordinación”, reuniones que comandaba el coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos.

Pero, según Trapero, a partir de ahí hubo “un aplicativo informático” que fallaba; unos envíos de información “que no llegaba a las sedes [de la Delegación del Gobierno] sino directamente a las dependencias de la Secretaria de Estado de Seguridad, en Madrid”, lo que suponía una “disfunción”; un mecanismo de enorme lentitud porque “las incidencias se tenían que enviar una a una”; negativas a las “solicitudes de habilitación” para corregir los problemas; “errores” en los envíos de las “listas de los centros de votación”; “desconocimiento” de lo que ocurría por el coordinador; y “reuniones de seguimiento fijadas a las que no acudieron los mandos de la Guardia Civil ni de la Policía Nacional”. Y todo, según Trapero, por supuesto, por culpa del Gobierno y las fuerzas policiales nacionales.

Todo mientras, eso sí, “en la mayor parte de los centros había una gran cantidad de personas concentradas bloqueando los accesos a los centros de votación” pero “su actitud era pacífica y ante los requerimientos de los agentes policiales su actitud siguió siendo pacífica […]”, destaca Trapero mientras se cometía una infracción masiva de los mandamientos judiciales y del orden constitucional.

Chapuceros y carentes de profesionalidad

Pero, quizás, el ataque más directo es el que realiza a las intervenciones de la Policía Nacional y Guardia Civil. Porque tras tachar a todo el dispositivo del Gobierno de chapuza y de carente de profesionalidad, acusa a las fuerzas policiales nacionales de actuar descontroladas, sin la más mínima comunicación y coordinación.

Así, señala: “Se produjo una reunión entre el mayor del CME [Mossos] y el Director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaria de Estado de Seguridad en la sede del TSJC, en la que se acordó que a la vista de la dinámica de las actuaciones que se estaban observando por parte de la CNP (Policía Nacional) y GC (Guardia Civil) que respondían a los criterios de coordinación que se habían establecido, el CME (Mossos) ya no haría ninguna petición más de apoyo […]”. Es decir, que culpa del parón de actividad a una supuesta actuación descontrolada de los agentes nacionales.

Las acusaciones son graves. Y a todas ellas tendrá que responder el propio Pérez de los Cobos, que comparece ante el Tribunal Supremo esta próxima semana.

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