La Policía Nacional y la Guardia Civil hacen cumplir la Ley ante la pasividad de los Mossos

Barcelona-referendum-antidisturbios
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Agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil se han desplegado este domingo por los colegios electorales de Cataluña para impedir el referéndum ilegal suspendido por el Tribunal Constitucional (TC) ante la pasividad de los Mossos d’Esquadra y después de que el Govern haya implantado por sorpresa un censo universal.

La intervención de la Policía Nacional y la Guardia Civil ha provocado momentos de tensión con los manifestantes independentistas ante las puertas de varios centros electorales, donde los agentes han retirado por la fuerza a algunas personas. Nada que ver con la inacción de los mossos, a los que se ha podido ver en actitud contemporizadora y, en muchos casos, al margen, sentados o a una prudente distancia de donde cumplían con su deber las Fuerzas de Seguridad.

Mossos d ´Esquadra sentados en un banco el 1-O
Mossos d ´Esquadra sentados en un banco el 1-O

Ante esta situación, el Ministerio de Interior ha apelado a la tranquilidad en las calles y ha pedido colaboración y respeto en los colegios para que policías y guardias civiles puedan cumplir con la orden judicial de impedir la celebración del referéndum de forma ordenada.

Cuarenta y cinco minutos antes del comienzo de la votación, prevista para las 9.00 horas, el conseller de la Presidencia, Jordi Turrull, anunciaba las nuevas instrucciones para participar en la consulta, que permiten a los 5,3 millones de catalanes llamados a las urnas votar en cualquier punto electoral, incluso aunque sea sin sobres y con papeletas imprimidas en casa.

Posteriormente, el Gobierno aseguraba que las fuerzas de seguridad ya habían bloqueado el sistema informático anunciado a primera hora de la mañana por Turull.

El Ejecutivo ha dado por «desbaratado» el referéndum ilegal y ha señalado que lo que se está viviendo hoy en Cataluña es una jornada de «bochorno electoral».

El Gobierno lo califica de «bochorno electoral»

Para el Ejecutivo de Mariano Rajoy, los cambios anunciados por la Generalitat certifican que «han liquidado cualquier vestigio de respetabilidad democrática». «Sin censo, con papeletas de casa, sin sobres y en el colegio que a cada uno le de la gana. Si el 6 y 7 fue un bochorno democrático, lo de hoy es un bochorno electoral», ha señalado.

Frente a las acusaciones de organizaciones sociales como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, que han criticado la «violencia del Estado» en el desmantelamiento de las votaciones, el Ministerio del Interior ha defendido la actuación «absolutamente profesional y templada» que están realizando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para impedir el referéndum. Una de ellas se producía en San Cerles de la Rápita (Tarragona), como anunciaba Interior.

En una rueda de prensa, el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, ha afirmado que el Ejecutivo «se ha visto obligado a hacer lo que no quería hacer».

Ha explicado que el objetivo del operativo policial es «exclusivamente cumplir con las resoluciones judiciales del Tribunal Constitucional y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que dicen que hace falta respetar el marco legal democrático vigente que nos ha dado a todos los catalanes la convivencia en paz, libertad e igualdad de los últimos 40 años».

Colau insulta a Rajoy: «Es un cobarde»

Una opinión muy diferente ha mostrado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha llamado «cobarde» al presidente del gobierno, Mariano Rajoy, por «inundar de policía» la capital catalana.

El pabellón deportivo de Sant Julià de Ramis (Girona), donde tenía previsto votar el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha sido uno de los escenarios más problemáticos esta mañana. Medio centenar de policías y guardias civiles han entrado hacia las 9.15 horas en el pabellón para requisar las urnas y el material para votar.

Barcelona. Urnas requisadas referéndum 1-O
Urnas requisadas en el referéndum ilegal del  1-O

Más de un centenar de personas que estaban concentradas en el exterior del pabellón han intentado impedir entrar en el colegio, momento en que los agentes han intervenido y varios de los concentrados han caído al suelo.

Puigdemont cambia de municipio para votar

El presidente de la Generalitat ha decidido finalmente no acudir al colegio electoral de Sant Julià de Ramis, donde está empadronado, y ha ido a votar a Cornellà de Terri, a una quincena de kilómetros de Gerona.

Otras intervenciones policiales tenían lugar en el colegio Ramon Llull y en el instituto Jaume Balmes, en la calle de Pau Claris de Barcelona, donde un centenar de agentes antidisturbios han logrado llegar hasta la puerta y crear una línea policial para impedir el acceso de personas.

Por el momento, los Mossos d’Esquadra han cerrado más de unos 90 colegios electorales y han requisado las urnas en varios puntos de votación, entre ellas las que iban destinadas a la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona. La Policía autonómica catalana asegura que su despliegue se debe «al cumplimiento de la orden del TSJC con proporcionalidad».

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