Juicio del Caso Ardines

El investigador de Ardines desmonta las coartadas: «Cuando Nieva dice que no es controlador, miente»

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Luis Miguel Montero

El juicio por el caso Ardines ha contado hoy con el testimonio estrella del capitán de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Gijón que ha desmontado una detrás de otra las justificaciones de los cuatro acusados efectuadas estos días anteriores. El concejal Francisco Javier Ardines fue encontrado sin vida la mañana del 16 de agosto de 2018 en el término municipal de Belmonte de Pría-Llanes (Asturias). El principal imputado es Pedro Luis Nieva esposo de una mujer con quien Ardines había tenido relaciones durante años. Nieva declaró días atrás que no era celoso y no tenía comportamientos controladores respecto a su esposa Katia. Sin embargo, el jefe de la investigación no tuvo dudas: «Cuando Pedro dice que no es controlador, miente».

La historia del crimen de Ardines mezcla la venganza, infidelidades y la supuesta contratación de sicarios a sueldo. La autopsia determinó que la muerte del concejal Ardines «es de naturaleza violenta y su etiología médico forense es compatible con el homicidio».

Todo comenzó en diciembre de 2017 cuando, según declaró Nieva, «estaba enredando con el móvil y sin darme cuenta lo dejé encima de la mesa y fui al baño». Se refiere a una grabación de teléfono, aparentemente realizada por azar, que efectuó a su esposa Katia Blanco y al concejal muerto, Javier Ardines, durante una comida y que tras escucharla comprendió que su mujer mantenía una relación con el concejal. En agosto de 2018 Ardines fue asesinado.

Las investigaciones de la Guardia Civil de Gijón y de la UCO Central, concluidas en febrero de 2019, concluyeron con la detención de Pedro Luis Nieva, Jesús Muguruza, Miammar Kelii y Djilali Benatia. Estos dos últimos fueron acusados de ser los autores materiales del crimen, contratados por Jesús Muguruza que habría recibido el encargo a su vez de Pedro Luis Nieva. En total, 11 mil euros para cada uno de los argelinos. La primera declaración de Muguruza ante la Guardia Civil en Bilbao fue anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) al haber sido efectuada en calidad de testigo y no de investigado.

Según el jefe de la investigación que ha declarado hoy Katia Blanco, la esposa de Nieva, tardó hasta dos declaraciones en reconocer la relación sentimental con Ardines. Durante la exposición de los hechos el guardia civil relató que el principal acusado, Pedro Nieva, «reconoció a la hija de Ardines que sospechaba de la relación extramatrimonial de su esposa con el concejal» y lo hizo a través de whatsap. Varias llamadas de teléfono grabadas y whatsaps han sido mostrados en la sala para que el jurado popular los valorase.

Javier Ardines, de 52 años, casado y con dos hijos, era patrón de una embarcación de pesca y fue elegido concejal de IU en el Ayuntamiento de Llanes. Su actividad política y el modus operandi del asesinato hizo pensar a los investigadores en el móvil político, ya que era responsable de las áreas de Pesca, Medio Rural, Playas y Personal, pero un par de semanas después fue descartado para centrarse en el móvil pasional.

El juicio arrancó el martes pasado con la exposición de hechos de la Fiscalía y de los abogados que representan a los acusados y a la acusación particular ejercida por la familia de Ardines, la víctima de toda la trama.

Argelinos acusados

Otros dos de los acusados, de nacionalidad argelina y considerados autores materiales del asesinato, Benatia y Kelii, negaron los hechos que se les imputa e incluso conocer a Pedro Nieva. Sí reconocieron conocerse entre ellos y en el caso de Benatia tener una relación con Muguruza «con quien hablaba de pesca y poco más». Este acusado aprovechó su turno de palabra para acusar a la Guardia Civil de dirigir su testimonio inicial donde reconocía haber participado en los hechos. Muguruza es considerado el intermediario para contratar a estos supuestos sicarios.

Tras un primer intento fallido, el crimen se llevó finalmente a cabo el 16 de agosto de 2018, cuando Ardines encontró tres vallas de obra que le obstaculizaban el paso de su coche cuando se dirigía al puerto de Llanes, donde iba a iniciar una jornada de pesca como patrón en su barco y al bajarse de su vehículo para retirarlas, fue golpeado con un bate de béisbol y posteriormente asfixiado, tal y como reflejó la autopsia.

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