España
Ministerio del Interior

Interior defiende la cinta de 2.800 € de Marlaska porque salir a correr supone «cuantiosos gastos»

El Ministerio del Interior defiende la compra de la cinta de correr valorada en 2.800 euros para uso y disfrute del ministro Fernando Grande-Marlaska asegurando que lo hace por seguridad y para «ahorrar» costes. Así se lo ha comunicado al PP en el Congreso de los Diputados alegando que en caso de que el titular de Interior decidiese salir a correr a la calle o a un gimnasio llevaría aparejados «cuantiosos gastos adicionales».

Fue un contrato menor publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público lo que desveló la compra el pasado marzo: Interior destinó 2.770,90 euros a adquirir una nueva cinta de correr de última generación «para su uso en la vivienda del ministro». La máquina que había en el Ministerio tenía que ser sustituida por una avería irreparable, argumentaba Interior. La oposición en el Congreso cuestionó este gasto particular a cargo de las cuentas públicas y el Gobierno ya ha respondido.

Según defiende Interior en una respuesta parlamentaria, «ante las graves e injustificadas afirmaciones que se están vertiendo en relación con este asunto, parece necesario recordar que el uso de la vivienda oficial por parte del ministro del Interior resulta obligado por obvios motivos de seguridad».

El Gobierno justifica este gasto de 2.800 euros públicos «por motivos de seguridad y las limitaciones que conllevan en los movimientos de un ministro del Interior». El Ejecutivo socialista defiende que «resulta mucho menos gravoso para el presupuesto público la adquisición de un aparato de estas características (que obviamente permite hacer ejercicio dentro de una vivienda) que la activación a diario o con mucha frecuencia del dispositivo de seguridad que ha de acompañar a un ministro del Interior cada vez que sale a la vía pública». Es decir, Interior considera que la compra ha supuesto incluso un ahorro de fondos públicos respecto a que el ministro utilizase la vía pública o un gimnasio externo para hacer deporte. A pesar de que su escolta policial está disponible las 24 horas al servicio del ministro.

Interior insiste en que la compra de la cinta de correr no ha supuesto incurrir en un gasto de carácter personal imputable a Marlaska, aunque asegura desconocer desde cuándo estaba la anterior máquina. «Estamos ante un bien que forma parte del equipamiento de una vivienda oficial, que ya se encontraba allí con anterioridad y que, obviamente, allí permanecerá, para su uso por otros titulares de esta cartera», advierte el Ministerio.

Marlaska evita «cuantiosos gastos»

Interior insiste en que Marlaska está ahorrando costes viviendo en el propio Ministerio «a pesar de disponer de vivienda propia en Madrid». Según el Gobierno, «fue instado a residir en dicha vivienda oficial, teniendo en cuenta, además, que con ello se evitan los cuantiosos gastos adicionales que implicaría establecer en un domicilio particular el necesario dispositivo de seguridad y protección que debe ser propio».

Ese dispositivo de seguridad «también debe establecerse y mantenerse en las salidas a la vía pública del titular del departamento, sea cual sea, obviamente, el motivo de éstas». Ese argumento, ya utilizado por Interior para defender la compra de la máquina de correr, no impidió por ejemplo que Grande-Marlaska fuese ‘cazado’ saliendo a cenar al conocido restaurante-coctelería Válgame Dios el día más tenso de las revueltas callejeras en Barcelona por la publicación de la sentencia del 1-O.

Tras aquello, los sindicatos de Policía le recordaron a Marlaska que tiene a su disposición un servicio de cocina las 24 horas del día y que su salida del Ministerio para cenar, por tanto, no era obligatoria.

«Elementos superfluos»

Además, en su respuesta al PP, el Ministerio del Interior no deja pasar la oportunidad de insinuar que el anterior titular de la cartera, Juan Ignacio Zoido, había acometido algunos gastos innecesarios en la vivienda ministerial.

Cuando Marlaska llegó al cargo, defiende Interior, «procedió a eliminar de dicha vivienda no pocos elementos superfluos que existían en la misma antes de su llegada», concluye.