España
'Caso Íñigo Errejón'

Errejón fundó con 22 años un grupo de ultraizquierda que promovió escraches y violencia callejera

El denunciado por una presunta agresión tiene un largo historial de "desobediencia" y "solidaridad" con acciones violentas

Dos testigos confirman que el diputado de Más País pateó en el estómago al hombre de 67 años con cáncer de colon

El líder de Más País y cofundador de Podemos, Íñigo Errejón, denunciado por una presunta agresión a un jubilado el pasado 2 de mayo, tal y como ha revelado OKDIARIO, tiene un largo historial de «desobediencia» y de «solidaridad» con acciones violentas desde su etapa en la universidad, donde con 22 años y junto al ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias fundó el grupo de ultraizquierda AU Contrapoder.

Un colectivo que surgió como una asociación estudiantil marxista, pero que pronto se convirtió en una herramienta de activismo político que promovió barricadas, okupaciones y escraches, enarbolando el lema ACAB («All cops are bastards». Todos los policías son unos bastardos).

El grupo AU Contrapoder, al que también pertenecieron la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, el hermano del líder de Más País, Guillermo Errejón, o los podemitas Miguel Ardanuy, Héctor Meleiro y Marina Montoto Ugarte, impulsaba y apoyaba acciones de protesta, de mecánica antisistema, no sólo en el ámbito de la Universidad Complutense, sino también fuera.

Charla organizada por la AU Contrapoder en apoyo a violentas protestas en Roma.

Dentro de Somosaguas, sus miembros protagonizaron el escrache a Rosa Díez, entonces líder de UPyD, en una conferencia en 2010; la funa (manifestación de denuncia y repudio público contra una persona o grupo) a José Antonio Moral Santín, ex consejero de Bankia con IU condenado por las tarjetas black, en plena clase en 2012; el boicot a la asociación cultural católica Atlántida y el asalto a la capilla de dicho campus en 2011, como apuntaron en su día distintos medios de comunicación citando fuentes policiales. Entre los inicialmente imputados por la profanación -luego dejó de estarlo-  también se encontró el ex senador Ramón Espinar.

Junto a ello, la AU Contrapoder también llamaban a movilizarse cuando se producían detenciones, poniéndose así del lado de la violencia callejera. Por ejemplo, cuando la Policía arrestó a medio centenar de radicales por levantar barricadas y quemar contenedores en los paros de marzo de 2014 contra la ley Wert. Además, esta asociación también colgó carteles a favor de los presos de ETA y del líder batasuno Arnaldo Otegi.

A nivel internacional, la AU Contrapoder también apoyó las violentas protestas que se produjeron en Italia a finales de 2010 contra la reforma educativa del Gobierno de Silvio Berlusconi. Tanto es así que incluso organizó una charla con Claudia Bernardi, destacada militante del movimiento estudiantil romano, bajo el título La batalla de Roma, ilustrando la convocatoria con una imagen de aquellos graves enfrentamientos con la Policía.

Fuera de la Universidad, este colectivo también operó como un grupo más de izquierda radical en distintas acciones colectivas. Entre ellas, hubo concentraciones frente a la sede del PP por los papeles de Bárcenas o movilizaciones en apoyo de las okupaciones del Patio Maravillas.

«Organizar la rabia»

El nacimiento de la asociación estudiantil Contrapoder tuvo lugar en octubre de 2006 con una performance en la cafetería de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM. El acto de presentación consistió en la lectura de un comunicado por parte del propio Íñigo Errejón (con 22 años entonces) y en la realización de un mural en homenaje al Black Power, cuyo espíritu «revolucionario» querían heredar. El citado grafiti incorporó el lema «Defender la alegría, organizar la rabia». Tanto Errejón como Iglesias estuvieron presentes.

El hoy diputado de Más País  interrumpió a los estudiantes en la cafetería, micrófono en mano, para señalar que la AU Contrapoder se presentaba así porque «la base de toda acción política debe ser la implicación colectiva y la desobediencia». Además, recalcó que portaban un mono blanco de plástico -como los que se han popularizado en esta pandemia- para «representar a los visibles; a los que nunca hablan; a los que siempre se callan». Ahora, es un jubilado de 67 años quien no está dispuesto a callarse tras denunciar la presunta patada que recibió por parte de Íñigo Errejón el pasado 2 de mayo y que, según relata, le agravó la hernia inguinal que tiene en el abdomen como consecuencia de un cáncer de colon.