Inda reúne al mundo de la empresa, la comunicación y la política para arropar a OKDIARIO

Madrid, 10 de mayo de 2016, 8.30 horas. Tres enormes ‘R’ doradas refulgen como patenas sobre la puerta principal del Hotel Ritz. Un imponente conserje con levita gris, chaleco y gorra a juego observa impertérrito el horizonte como un vigía silencioso en busca de tierra firme. Dan ganas de tocarle a ver si es un robot. El pequeño parterre delantero aguarda con avidez a que las amenazadoras nubes suelten su mojada carga.

Me acerco a un pequeño grupo de personas con trajes de diverso estilo, talla y precio.

Allí está Miguel Ángel Turci, el otro padre de esta criatura que se llama OKDIARIO. Sus 195 centímetros de humanidad le permiten contemplar la escena como si estuviera subido al palo de un selfie. Contrasta a su lado Luis Carrasco, un hombre que quería ser calculadora. Sabe más de números que Pitágoras. Omitiremos su talla, pero baste decir que nunca sería drafteado por los Lakers. Entre ambos Guillermo Valls, con su apellido musical y de humorista, alias Guille, un muchacho excelente, un Harry Potter del SEO, que es algo muy difícil de explicar, al menos para mí. Son de los míos, gente de OKDIARIO, así que me acerco y me uno a la tertulia.

Merodea nervioso y escurridizo Quique Falcón, gafas de diseño y cámara en ristre, regateando obstáculos en zigzag como Messi ante una defensa de Simeone. A su rebufo va La Patri, intentando entre ambos captar lo que el ojo no ve.

Todos esperamos que den las nueve para que comience en el Foro de la Nueva Comunicación la conferencia de Eduardo Inda, padre de OKDIARIO, que va a intentar explicar este milagro sin revelar el secreto de su alquimia.

Entramos. El salón, con las mesas ya servidas sobre impolutos manteles, rebosa de caras conocidas del mundo de la política, de los deportes, de la empresa y de la comunicación. Me entra miedo escénico, pero como llevo corbata no se me nota. Doy el pego y me paseo con la cabeza alta y la mirada distraída por entre las mesas. Me hago el sueco y me entran delirios de espía. Tengo que ver menos películas.

El salón parece un hemiciclo pero sin guerras ni pactos. Ni coletas. Echo un ojo a la bancada de los ‘populares’, concurrida y mayoritaria. Por allí anda Esperanza Aguirre, portavoz del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Madrid y de profesión lideresa, una de esas personas que pisan con garbo y destilan autoridad en cada zancada. A su lado, Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, y gran esperanza para que la gaviota popular levante el vuelo hacia mayorías perdidas.

También revolotean en torno a la mesa los jóvenes pichones nacidos bajo el ala protectora de Mariano. Javier Maroto, vicesecretario de Acción Sectorial, con la barba oscura y la mirada clara, y Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación, más fotogénico que Beckham y más simpático que Dani Rovira. Y con ellos, el portavoz parlamentario Rafael Hernando; el diputado ciclista Guillermo Mariscal; el alcalde de Boadilla, Antonio González Terol; la diputada María Jesús Bonilla y los concejales de Madrid Percival Manglano y Borja Fanjul.

Cerca del PP, aunque sólo fuera por proximidad geográfica, estaban los representantes de Ciudadanos. Fernando de Páramo, secretario de Comunicación; Patricia Reyes, diputada y secretaria de la Mesa del Congreso; José Manuel Villegas, portavoz adjunto en el Congreso; el diputado Miguel Ángel Gutiérrez, y la diputada, periodista y escritora Marta Rivera de la Cruz. Todos atentos a las palabras de Eduardo Inda, asintiendo a los elogios a su líder y con cara de póker cuando el director de OKDIARIO advertía que “como los emperadores romanos, Albert Rivera a veces necesita alguien a su lado que le diga que es mortal”.

El Partido Socialista también estuvo representado. En minoría, sí, pero muy cualificada. El senador José Carmelo Cepeda y el diputado Pedro Saura escucharon los elogios de Eduardo Inda a la “capacidad de Pedro Sánchez para hablar en público”, pero, sobre todo, a Susana Díaz, “el mayor animal político que ha tenido este país desde Felipe González”.

Tampoco faltó el presidente de VOX, Santiago Abascal, ni sus compañeros en la dirección del partido, Javier Ortega, secretario general, y Magaly Aguilar, vocal.

Cambio de tercio. Vamos con los deportes, que es lo mío. Cuatro pesos pesados asistieron a la conferencia del director de OKDIARIO. En primera fila, con esa percha que le dan sus espaldas de judoka y sus horas de gimnasio, estaba Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español. Menos fuerte en lo físico, pero fajador hasta el KO en la oratoria, también asistió el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas. Y hablando de presidentes, el más mediático y reconocido del deporte español, Florentino Pérez, al que (aunque a él no le gusta que se diga) se le está poniendo cara de campeón de Europa. Otra vez. Y tampoco faltó el maestro de periodistas y leyenda viva de la radio deportiva española, José María García.

En la mesa presidencial, la presentación de Eduardo Inda había corrido a cargo del director general de LaSexta, Antonio García Ferreras, que había llegado con el móvil al rojo vivo, corriendo, justo de tiempo, con su plumas de sport y vestido de riguroso negro, a mitad de camino entre Raphael y un cuervo de la Guardia de la Noche. Junto a él, el generoso anfitrión, José Luis Rodríguez, presidente de Nueva Economía Fórum, y José Romero, en representación de Vodafone, patrocinador principal del Foro de la Nueva Comunicación.

Pero bajemos del podio al patio de butacas. Al desayuno asistieron numerosos hombres (y mujeres) de diversos ámbitos empresariales. La lista era interminable. Allí estaba José María Aguirre, managing partner de Caramelo Ventures, hijo del presidente del Banco Guipuzcoano y nieto del presidente de Banesto; Hilario Alfaro, presidente del Foro Empresarial de Madrid; Pablo Alzugaray, presidente de Shackleton; Isabel Colomina, directora de marketing y comunicación de CESCE; o el que fue mano derecha de Emilio Botín y después vicepresidente de Santander Totta Portugal, Enrique García Candelas.

Tampoco faltaron empresarios de prestigio como David Hatchwell, presidente del Excem Group y de la Comunidad Judía de Madrid; Blas Herrero, presidente de KISS Capital Group SCR; Juan Pablo Lázaro,presidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM-CEOE) o Fernando Soto, asesor del presidente del Banco Popular.

Compartían mesa y mantel, distribuidos aleatoriamente por el gran salón del Ritz, Ignacio López del Hierro, presidente del Grupo Tesan y marido de María Dolores de Cospedal; Alberto Martín Caballero, presidente de Arquitectos Martín Caballero; Manuel Martín, socio responsable de consultoría de Price Waterhouse Coopers; Pedro Melendo, CEO del Grupo Recreativos Franco; Íñigo Sagardoy, presidente de Abogados Sagardoy; Rafael Ansón, presidente de la Real Academia de Gastronomía de España; o Emma Marín, directora de comunicación de Correos y Telégrafos.

Y por último, que no menos importantes, los compañeros del mundo de la comunicación, con una presencia nutrida y, sobre todo, destacada. Paco Marhuenda, director de ‘La Razón’; Luisa Alli, directora de comunicación e imagen de Vocento; Alexander Chacón, presidente de EHS TV; Julen Ariza, director de Dircomfidencial; Alfonso de Salas, presidente de la empresa editora de ‘El Economista’; Fernando González-Urbaneja, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid; César González Antón, director de informativos de LaSexta; los periodistas Carmelo Encinas y Julio Miravalls; o Constantino Mediavilla, presidente de ‘Diario Crítico’.