Entrevista con Sebastián Sabariego

El hijo de un policía muerto por Covid: “Es injusto no reconocerlo como muerte en acto de servicio”

Sebastián Sabariego acaba de cumplir 23 años y hace un año que perdió a su padre, el inspector de Policía científica que se contagió en su comisaría de Málaga en marzo de 2020.

PSOE y Unidas Podemos votaron en contra de que los agentes fallecidos por Covid fueran bajas en acto de servicio

Policía Covid acto de servicio
El inspector Sebastián Sabariego falleció tras contagiarse de Covid en comisaría. Ahora su hijo lucha porque reconozcan que murió ejerciendo su trabajo de policía.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

“Todavía hay veces que echo mano del teléfono para preguntarle algo a mi padre. Estábamos muy unidos y conmigo y con mi hermana tenía una relación muy especial, muy cercana. Tenían que llamarnos nuestras obligaciones, para dejar de conversar”. Sebastián habla con una madurez impropia para la edad que tiene. A sus 23 años este joven malagueño quiere ser miembro del Cuerpo Nacional de Policía. El mismo cuerpo al que pertenecía su padre, un buen policía, hasta que en marzo de 2020 se contagió de Covid-19 y un mes después murió.

Sebastián Sabariego padre estuvo un mes peleando como un jabato en el hospital, pero como su propio hijo recuerda, aquella era una pandemia bien distinta a la que ahora conocemos. “No existía ni la misma conciencia social ni tampoco institucional. Los médicos se estaban enfrentando a algo nuevo y enorme y en los trabajos tampoco había el nivel de protección que hay ahora mismo”.

Esos es una de las cosas que más trabajo le está costando encajar a esta familia, tanto a Sebastián como a su madre y a su hermana de 19 años. No consiguen entender cómo todavía se debate que su padre y otros agentes fallecidos por el Covid no sean considerados muertes de policías o guardias civiles en acto de servicio.

De hecho, el 8 de mayo del año pasado esta familia ya presentó un primer escrito en el que razonaba los detalles de por qué la pérdida de su padre debía ser calificada como fallecimiento relacionado con su actividad laboral. Los datos eran incontestables, pero lo son aún más cuando los relata su propio hijo.

“Mi padre trabajaba en la Brigada Provincial de Policía Científica y al principio de la pandemia, como es normal, los protocolos de seguridad no estaban tan afinados como ahora. Ellos seguían haciendo su trabajo como personal esencial y tenían que acudir a inspecciones oculares. Mi padre nos contó que dos compañeros llegaron un día a comisaría quejándose de que habían tenido que trabajar en un bazar con una persona que había llegado de China y que no paraba de toser. En otra ocasión trabajaron en el domicilio de una persona que acababa de llegar de Italia. Es más que obvio que mi padre se contagió en uno de esos episodios u otro similar”, asegura Sebastián.

Su padre fue muy consciente de lo que sucedió cuando se contagió. En el escrito en el que se reclama su fallecimiento como consecuencia de su trabajo se recuerda que el inspector comunicó de inmediato a sus superiores lo que había sucedido y pidió la inmediata desinfección de su centro de trabajo para minimizar el riesgo de contagio de sus compañeros. El policía sabía que se contagió de Covid en comisaría.

«Extemporánea y oportunista»

“Nosotros, la familia, lo único que creemos es que antes o después acabarán reconociendo que la muerte de mi padre y la de otros agentes han ocurrido en acto de servicio. ¿Por qué no lo han hecho todavía? No lo entendemos, pero yo soy optimista. Del mismo modo que han reconocido los contagios como enfermedad laboral para los sanitarios, muy merecido por otra parte, seguro que harán lo mismo con cualquier policía contagiado por Covid”.

La muerte del inspector Sabariego devastó a su familia y a sus compañeros. En lo profesional su gente quiso recordar que su trabajo sirvió para esclarecer graves delitos que sin la pericia de los policías de la Brigada Científica hubiera sido imposible. De hecho, una Cruz al Mérito Policial da fe de su enorme profesionalidad.

Cuando Sebastián se marchó el 23 de abril sus compañeros escoltaron al féretro hasta el cementerio y desde Málaga todo fueron cariñosos mensajes para su familia. Madrid va a otro ritmo y un tuit del Ministerio del Interior, otro de la Dirección General de Policía y una breve mención televisiva fue lo único que llegó desde la capital.

Lo siguiente ha sido una votación en el Congreso de los Diputados en la que PSOE y Podemos se niegan a que la muerte de Sebastián y de otros compañeros sean calificadas como acto de servicio. Los diputados que votaron en contra consideraron la iniciativa “extemporánea y oportunista”. Es una forma de verlo, pero la consideración de este tipo de fallecimiento es mucho más que una placa o una medalla.

De este tema la familia de Sebastián no dice nada, pero OKDIARIO ha consultado a fuentes policiales para determinar qué implica para la familia de un policía fallecido que se determine que murió como consecuencia de su trabajo. Sebastián dejó dos hijos tras su muerte, y seguro que este buen policía se habría ido más tranquilo sabiendo que su familia podría percibir hasta el 200% del sueldo base más complementos. Y eso no tiene nada de oportunista.

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