GUARDIA CIVIL

Guardias civiles denuncian que Marlaska les manda a patrullar en plena helada vestidos «como en Canarias»

Hay agentes sin forros polares, con guantes de tela no impermeable o con ropa húmeda de la jornada anterior

Guardias civiles
Guardias civiles de Tráfico en un puerto de montaña nevado.

España, como (casi) todos los inviernos, se congela por estas fechas. Para este martes se esperan temperaturas mínimas de -8º en algunos puntos de la Península.  Y quienes más las sufren son aquellos que trabajan en exteriores en zonas especialmente gélidas. Entre ellos, los guardias civiles que patrullan estas áreas y que denuncian que desde el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska no se ha garantizado el acceso a todos los agentes a ropa térmica de invierno, forros polares y chaquetas impermeables. Señalan que trabajan con el mismo uniforme que los agentes «de Canarias», y que en ocasiones vuelven al trabajo al día siguiente con la ropa aún húmeda tras la jornada anterior. Recuerdan que son ellos los encargados de actuar cuando un pueblo se queda aislado por la nieve.

Pasan los años y cada invierno siguen los mismos problemas. Si el pasado 2023 se repartieron guantes y calcetines térmicos para contrarrestar la falta de calefacción en algunos cuarteles de la Guardia Civil, este año los agentes denuncian que salen de patrulla sin ropa adecuada para las temperaturas bajo cero.

La asociación Independientes de la Guardia Civil (IGC) ha denunciado que «a pesar de haber solicitado en repetidas ocasiones a la Dirección General de la Guardia Civil (DGGC) la dotación de uniformidad específica para climatología adversa para aquellas unidades que prestan servicio en demarcaciones que superan los 1.000 metros de altitud o que se enfrentan durante el período invernal a temperaturas especialmente frías, todavía siguen sin ropa de abrigo adecuada».

Desde esta plataforma de agentes señalan que «por parte de la Dirección General se ha dotado de uniformidad específica para climatología adversa solo a determinadas unidades específicas de montaña. Sin embargo, y pese a los continuos requerimientos, los guardias destinados en seguridad ciudadana en municipios donde la temperatura es congeladora continúan desempeñando sus cometidos profesionales a la intemperie con la misma dotación de uniformidad que los guardias civiles destinados en Canarias o Andalucía, cuando dicha uniformidad debiera estar adaptada de forma específica a la zona geográfica en que estos desempeñan sus funciones».

La asociación también ha enfatizado que, «debido al evidente contraste térmico existente entre las distintas regiones de España, no se puede dotar de las mismas prendas a los agentes destinados en un lugar con temperaturas bajo cero que a los destinados en regiones con climas más suaves». Según IGC, esta es «una lógica evidente que no termina de calar en la Dirección General».

«Climas extremos»

Por ello, la IGC ha reiterado que «aquellos guardias civiles que realizan servicios en una demarcación situada a más de 1.000 metros de altitud o que sufran a lo largo del invierno temperaturas extremadamente frías necesitan estar en posesión de prendas de uniforme adecuadas de forma exclusiva para desempeñar su trabajo bajo situaciones climatológicas extremas». En este sentido, han recordado que llevan años insistiendo en esta necesidad durante las reuniones mantenidas con la DGGC.

Finalmente, desde la asociación han advertido que, «cada año, con la llegada de los primeros temporales de agua, nieve y frío que dejan aislados a pueblos y a una gran cantidad de ciudadanos en situación de apuro, no se puede permitir que los guardias civiles encargados de prestar su auxilio se enfrenten a estas complicadas situaciones sin una uniformidad impermeable, abrigada y carente de capucha para la lluvia».

Según indican, «la falta de idoneidad en las prendas de abrigo de los guardias civiles llega hasta los mismos guantes de dotación, fabricados con material de forro polar, que a la media hora de servicio en días de nieve o lluvia están empapados». Asimismo, han señalado que «la prenda de dotación para la cabeza es una gorra con visera, muy útil para los días de sol, pero totalmente inservible en jornadas de frío extremo, dejando las orejas de los agentes expuestas a temperaturas bajo cero».

Patrullando con ropa mojada

Además, desde la asociación han destacado que «si a todas estas deficiencias y carencias de material se suma que, en muchas ocasiones, los servicios se desarrollan en la vía pública durante 8 horas o más, los guardias civiles llegan a sus casas en condiciones indignas para cualquier trabajador». Según IGC, esta situación “no parece tenerse en suficiente consideración por ninguna unidad de prevención de riesgos laborales del Cuerpo”.

Por último, han señalado que «estas unidades también parecen ignorar que, por nuestro modelo de jornada a turnos, muchas noches los agentes vuelven al trabajo con la ropa de la mañana aún sin secar».

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