España
La interrupción pueden producir cáncer

La Guardia Urbana denuncia que Colau obliga a las agentes lactantes a llevar chaleco antibalas

Se ha autodenominado «la primera alcaldesa feminista», y a la ciudad que rige, Barcelona, como «ciudad feminista». Pero a Ada Colau la policía municipal de la Ciudad Condal le echa en cara que ese feminismo sea sólo de cara a la galería. El sindicato CSIF ha denunciado que la alcaldesa no dote a la Guardia Urbana de chalecos antibalas adaptados a las agentes que se encuentran en período de lactancia. Los chalecos estándar pueden producir la interrupción del ciclo lactante e incluso cáncer. Y por eso piden a Colau que queden exentas de patrullaje y se las destine a oficinas o labores que no exijan portar dicha protección.

Una reclamación que ha cursado por escrito el área de Prevención y Riesgos Laborales de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el sindicato más representativo en las administraciones públicas, y al que ha tenido acceso OKDIARIO.

Escrito de CSIF denunciando la situación de las agentes lactantes a Ada Colau

Jornadas de patrulla de 8 a 12 horas

El documento, registrado el 15 de enero en el Ayuntamiento de Barcelona, va dirigido a la alcaldesa y lleva el título“Mujer Policía y Lactancia”. En él, se expone la problemática existente: estos chalecos que cubren la zona pectoral «son llevados en jornadas de 8 o 12 horas, ejerciendo una presión que puede perjudicar a la madre lactante «.

Chaleco antibalas femenino

Por eso, y citando las recomendaciones del Instituto de la Seguridad Social, y la Directiva europea sobre los elementos de riesgo que supone llevar uno de estos chalecos antibalas, se propone que las que presten servicios operativos en vía pública sean relevadas y trasladadas a puestos exentos de esos riesgos.

Esta prenda para la protección de los policías es ya casi indispensable entre los miembros de la policía local de Barcelona, y no sólo como escudo ante posibles ataques terroristas como el del pasado verano en Las Ramblas a manos de comandos yihadistas. «La delincuencia organizada ya dispone de subfusiles y fusiles de asalto, que convierten al chaleco antibalas en parte del equipo de  la Guardia Urbana», explica Eugenio Zambrano, policía y secretario de Organización de CSIF en el Ayuntamiento de Barcelona.

Este sindicato pide así a Colau, invocando «su buena voluntad con los temas relacionados con los derechos laborales y familiares», que regule por normativa interna esta situación y que «se protocolice la conciliación laboral con la lactancia a fin y efecto de proteger a las interesadas de cualquier riesgo para su salud».

Retirada de la vía pública y turnos de noche

Para lo que, según el portavoz de CSIF, y hasta que las agentes no dispongan de chalecos adaptados a su cuerpo, «se puede destinar a esas compañeras a trabajos de apoyo técnico o burocrático, en oficinas o en otras instalaciones». Algo que se hace ya en otros cuerpos de seguridad como la Policía Nacional, donde en esa situación, y en virtud de una Instrucción de Prevención de Riesgos Laborales de 2015, las agentes son retiradas de la vía pública y de los turnos de noche.

El sindicato policial propone  trasladar a las agentes a otros puestos

La Policía Nacional, como la Guardia Civil están dotando de chalecos externos especialmente adaptados para sus agentes femeninas. También lo hacen otros ayuntamientos de España.

Policías locales con chalecos del Ayuntamiento canario de Teror (Foto: Facebook)

El peligro de interrupción del ciclo lactante por la opresión del chaleco, y sus posibles efectos para la salud son reales. Estudios  de la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc) y de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO) recuerdan que la lactancia materna reduce el riesgo de cáncer de mama porque con la secreción láctea la glándula mamaria completa el ciclo que tiene durante la gestación.

Por lo que, advierten los especialistas, interrumpirla en el momento álgido condiciona la aparición de alteraciones que pueden iniciar mutaciones oncogénicas en la mujer. Un riesgo cuya probabilidad se niegan a potenciar las  componentes de la Guardia Urbana obligadas a portar el chaleco  antibalas.