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Mallorca

La Guardia Civil expedienta a dos agentes por denunciar la existencia de amianto cancerígeno en su casa cuartel

La Guardia Civil acaba de abrir expediente disciplinario contra dos agentes de la Benemérita destinados en Baleares. Un suboficial del cuartel donde residen les propuso para expedientes después de que denunciasen, en su calidad de delegada y subdelegado de la asociación profesional Independientes de la Guardia Civil (IGC), la existencia de amianto cancerígeno en las paredes de la casa cuartel de Artá, en Mallorca, donde residen. La casa cuartel alberga a unas 60 personas entre guardias civiles y familiares.

La asociación IGC ha denunciado que «desde la llegada de un nuevo mando al cuartel, un hombre y mujer guardias civiles que son pareja están sufriendo acoso y confrontación por ejercer su representación asociativa, debido a que elevan para conocimiento de sus superiores situaciones y hechos que consideran problemas a resolver en beneficio del colectivo y que en ocasiones puede llegar a suponer un grave perjuicio para la salud de los agentes, como el caso de la existencia de amianto en numerosos cuarteles debido a su antigüedad».

Este problema ha provocado incluso que la pareja haya denunciado al suboficial en cuestión ante el Juzgado Togado Militar. Según explica IGC, este mando en febrero de 2022 les ordenó elevar una instancia que «ellos entendían no se ajustaba a derecho, a lo que se negaron y desde entonces la estancia en la Unidad les está suponiendo un auténtico infierno, hasta el punto de que el Oficial Jefe de Puesto les asignó unos turnos para su mejor conciliación familiar y aquel se los retiró, causándoles tal hecho un grave perjuicio y repercutiendo en un derecho ya consolidado».

Para la IGC, «el citado suboficial no debe entender bien la norma que ampara a los representantes de las asociaciones profesionales», ya que estos tienen potestad para poner en conocimiento tanto de administraciones como de instituciones cualquier anomalía o incidencia que detecten y afecten al colectivo, ya que son la delegada y el delegado de IGC en Baleares.

Cuando los representantes de este colectivo profesional denunciaron la existencia de amianto o asbesto en las paredes del cuartel se les abrió un expediente disciplinario «por el hecho de elevar una consulta sobre una serie de anomalías observadas en la Unidad (…), entre ellas que las paredes del Puesto pudieran contener amianto y hasta la fecha nadie ofrece respuesta», añaden desde esta asociación profesional.

Desde IGC, muestran su «más profunda preocupación por el hecho de que nuestros representantes en esa zona estén, en la actualidad, de baja médica, con lo que ello conlleva y su trascendencia tanto laboral como personal, ya que la situación para ellos se ha vuelto insostenible ante tal presión».

El asbesto o amianto ha sido clasificado como un cancerígeno humano reconocido por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS), por la Oficina de Protección Ambiental (EPA) y por la Oficina Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). Según esta última, hay muchas evidencias científicas de que el amianto causa mesotelioma, un cáncer poco común de las membranas que rodean el pecho, cánceres de pulmón, laringe y ovario. Además, el asbesto inhalado en grandes cantidades produce una enfermedad pulmonar llamada asbestosis, al depositarse las partículas en los pulmones y no poder ser eliminadas de ninguna manera.