El Gobierno cerrará el acuerdo de Presupuestos con el PNV tras el 21D y los aprobará en marzo

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Cristóbal Montoro con Aitor Esteban (PNV), en el Congreso. (Foto: Francisco Toledo) | Pensiones
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Hacienda y PNV han ‘desempolvado’ sus conversaciones para que los Presupuestos Generales del Estado puedan ser una realidad en el primer trimestre de 2018.

Las negociaciones, bloqueadas por la situación en Cataluña, están en marcha, como informó OKDIARIO. Y el clima, en el ministerio de Hacienda, es optimista. Tanto que ya se confía en un acuerdo «en torno al mes de marzo».

La sensación de que, finalmente, se podrá contar con el partido vasco se transmite desde la misma presidencia. Mariano Rajoy ordenó personalmente hace unos días activar la maquinaria presupuestaria, con vistas a cumplir con la exigencia de Bruselas de tener unas cuentas actualizadas. El presidente confió a los suyos que el acuerdo podría ser una realidad después de que el Ejecutivo optase por disolver cuanto antes el Parlamento catalán y convocar elecciones, como requería el lehendakari Íñigo Urkullu. 

Superados los momentos más críticos en Cataluña, Rajoy se ha fijado como «reto» inmediato la aprobación presupuestaria, para la que habrá de reeditar los mismos apoyos que salvaron los actuales. Esto es, Ciudadanos, PNV y los dos partidos canarios, Coalición Canaria y Nueva Canarias.

En fuentes de Hacienda se asegura, no obstante, que «se descolgará el teléfono para llamar a todos». Y eso incluye al PSOE, pese a que la negativa de los socialistas a apoyar los Presupuestos sigue vigente. En el ministerio no se oculta que lo mejor sería «contar con el mayor consenso», sobre todo, porque ello lanzaría a Europa un mensaje de estabilidad ahora más necesario que nunca. En ningún caso las cuentas se llevarán al Congreso sin los apoyos suficientes.

La negociación al detalle, tras el 21D

Los acontecimientos en Cataluña siguen marcando los tiempos. Y aunque ahora se hayan retomado las conversaciones, no se entrará en una negociación más exhaustiva hasta que pase el 21D. En el Gobierno asumen que el PNV no está en disposición de cerrar ningún compromiso en firme antes de esa fecha, sobre todo, por una cuestión de imagen de cara a su electorado. «Todos estamos a otras cosas», confía una fuente de solvencia.

El partido vasco sigue exhibiendo su oposición al artículo 155, aunque con un mensaje mucho más modulado en las críticas al Gobierno. En un comunicado, la formación insistió este mismo viernes en su preocupación por la «grave situación que se está viviendo en Cataluña, determinada por la aplicación del artículo 155 y las detenciones de los miembros del Govern», además de mostrar su «solidaridad con los legítimos representantes de la voluntad de la ciudadanía catalana». El partido no participará en la manifestación de este sábado en Bilbao, convocada por Bildu.

Confianza entre gobiernos

A pesar del rechazo a la decisión del Ejecutivo, el clima de confianza entre los gobiernos central y autonómico se ha mantenido en este tiempo. A ello contribuye la buena sintonía personal entre Rajoy y Urkullu, y los lazos de Montoro con miembros de la administración vasca. Las conversaciones, informales, han continuado, incluso después de que el pasado septiembre el PNV anunciase la ruptura por la crisis catalana. El anuncio llevó a Hacienda a aplazar la negociación y a prorrogar las cuentas actuales, con la intención de no comprometer a los peneuvistas. 

Todos quieren, o necesitan, el acuerdo. Hacienda es consciente de que el partido vasco no puede prescindir a la ligera de las sustanciosas partidas cerradas el año pasado. Y lo tienta con pasos clave, como la activación, este mismo viernes, de la ley del Cupo, uno de los grandes compromisos del Ejecutivo y que ahora iniciará su tramitación parlamentaria.

La ley, que entrará en vigor el 1 de enero de 2018, establece como principal novedad un «cupo base» para este año de 1.300 millones de euros y mejoras en la gestión tributaria del País Vasco y en la coordinación entre ambas administraciones a fin de que las normativas fiscales sean «más transparentes, coherentes y beneficiosas» para los ciudadanos. «Estos acuerdos dan claridad y estabilidad a las relaciones financieras», presumió Montoro.

El ministro aprovechó además la circunstancia para destacar que el Estado de las autonomías funciona y que desde el respeto al ordenamiento jurídico «es posible impulsar y fortalecer las instituciones, la financiación y el autogobierno».

Los compromisos del Gobierno con la Administración vasca implican además un notable esfuerzo inversor para los próximos años, sobre todo en materia de infraestructuras (‘Y vasca’), un punto destacado del programa del PNV.

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