El Gobierno planea ahora retirar a los benedictinos la concesión de la Basílica del Valle de los Caídos
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, planea ahora una remodelación del Valle de los Caídos tras la exhumación de Francisco Franco. El proyecto no está aún definido del todo, pero cuenta ya con varias ideas encima de la mesa. Una de ellas, concretamente, incluye la revisión de la concesión de la Basílica a los monjes benedictinos.
Sánchez, además, no quiere repetir las escenas de enfrentamiento que ha tenido con los benedictinos en Cuelgamuros. Recordemos que los choques con el prior, Santiago Cantera, han sido constantes durante la tramitación de la exhumación de los restos mortales del dictador, por ello, el presidente del Gobierno baraja ya una remodelación que puede dejar fuera de la gestión de la Basílica a los benedictinos.
Fuentes socialistas al corriente de esta remodelación han confirmado a OKDIARIO que “se ha llegado a plantear la desacralización del Valle”.
Hay que recordar que uno de los problemas con los que se ha topado Sánchez en su carrera por exhumar a Franco ha sido precisamente la protección legislativa de la que gozan los templos.
La Basílica de Cuelgamuros pertenece a Patrimonio Nacional, pero, pese a ello, su gestión corresponde a los monjes benedictinos en régimen de concesión. Y, además, durante el tiempo que dure esa situación, la Basílica es, a todos los efectos, un templo religioso protegido por los acuerdos con el Vaticano. Un detalle, por lo tanto, que complica mucho cualquier proceso de exhumación, tanto de José Antonio Primo de Rivera, como del resto de tumbas republicanas que se encuentran en cementerio religioso.
El propio Vaticano, tal y como publicó este periódico, mantuvo contacto directo con el Gobierno de Sánchez para garantizar el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo sobre la exhumación de Franco. Lo hizo, precisamente, ante la resistencia de los benedictinos a permitir el traslado de los restos mortales del dictador.
Es más, el prior del Valle de los Caídos llegó a señalar sobre la exhumación de Franco que «no se puede tocar el cuerpo de un difunto que se encuentra en un templo custodiado por una orden religiosa en su espacio, que es inviolable”. Cantera desveló, además, igualmente que «la vicepresidenta fue a visitar al cardenal –secretario de Estado Pietro Parolin– y vino haciendo unas declaraciones muy triunfantes que la Santa Sede a continuación desmintió. Algo histórico, porque la Santa Sede no suele hacer declaraciones de ese tipo”.
Pero, pese a ello, lo cierto es que la Santa Sede acabó imponiendo el criterio del cumplimiento de la sentencia. Sánchez no quiere volver a pasar por una situación similar y, aunque la decisión definitiva aún no está tomada, prepara ya una reforma de la Basílica y la negociación de la retirada de la concesión a los benedictinos.
No se trata del único cambio que pretende hacer a partir de ahora el presidente en funciones en el Valle de los Caídos. Sánchez no quiere cerrar el filón político de la exhumación de Franco y ya prepara una segunda parte: el traslado de los restos de Primo de Rivera. En este caso, el plan es sacar su tumba de la Basílica benedictina y llevarla a la zona donde se encuentran el resto de sepulturas.
El Valle de los Caídos acoge tumbas de fallecidos en la Guerra Civil y Franco, evidentemente, no murió en la Guerra Civil, pero sí Primo de Rivera. El Gobierno quiere desplazar ahora los restos de Primo de Rivera, pero el plan no puede ser el mismo que con Franco por ese argumento: que el segundo sí murió en la Guerra Civil, cuestión que legalmente le habilita para permanecer en el Valle tal y como fue concebido este lugar.
Sin embargo, Sánchez no quiere que esta segunda tumba siga estando protegida por los monjes benedictinos, ni que esté en un lugar destacado y venerado. Por ello, los restos de Primo de Rivera se pretenden juntar con el resto de tumbas que hay en el Valle de los Caídos, tal y como ha adelantado OKDIARIO.
Sánchez también ha planteado ya su deseo de crear un museo de la Memoria Histórica, pero en un lugar distinto al de Cuelgamuros. El Gobierno no descarta, además, con este fin, que tras la batalla jurídica por la exhumación de Franco, pase a tramitarse como proyecto de ley en el Congreso de los Diputados una ampliación de la Ley de Memoria Histórica para incluir todos estos aspectos.