Génova admite que las cámaras dejaron de grabar cuando se votó la enmienda anti-Cospedal

Cospedal-Aragón
María Dolores de Cospedal en una reciente imagen (Foto: Efe).
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La polémica sobre la enmienda contra la acumulación de cargos de María Dolores de Cospedal podría quedar definitivamente cerrado si, como se afirma desde la dirección popular, no existen grabaciones del momento de las votaciones.

Esa es la única vía a la que se agarra el promotor de la enmienda, Francisco Risueño, concejal de San Clemente (Cuenca). En el texto, tumbado en el congreso del PP por apenas 25 votos, se instaba a evitar la acumulación de cargos y compatibilidades, en casos como el de la secretaria general.

Risueño envió este lunes un burofax al nuevo coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, solicitando que un notario revise las grabaciones de la votación que captaron las cámaras instaladas en el congreso, celebrado en el recinto de la Caja Mágica (Madrid). En su escrito, pone en duda el resultado de la votación, realizada a mano alzada-como es tradicional en este cónclave- y que se cerró con 303 votos a favor, 328 en contra y ocho abstenciones.

Según Risueño, en el momento de votar había más de 640 personas en el recinto-al congreso estaban convocados 3.100 compromisarios- por lo que, asegura, si no se comprueba, existirá «una duda más que razonable». El concejal remitió a Maillo y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes- que ejerció como presidenta del congreso popular-una fotografía realizada por otro compromisario con un teléfono móvil en la que, dice, se podría ver que la ocupación del recinto era superior.

Risueño afirma que en el recinto había instaladas hasta cuatro cámaras. Aunque desde el PP se asegura que únicamente se grabó el momento de la intervención de Maillo, coordinador de esa ponencia, y no el resto del debate, celebrado «a puerta cerrada».

El mismo argumento ofreció la secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien este lunes puso en duda que existiesen grabaciones de ese momento. En cualquier caso, Cospedal aseguró también que si existen grabaciones habría que facilitárselas ya que Risueño «está en su derecho de pedir lo que quiera,  él y todos los compromisarios». «Si existen habría que darlas», insistió.

La negociación, en manos del PP manchego

La enmienda de Risueño se convirtió en el único sobresalto del apacible cónclave del PP. En las semanas previas al congreso, los compromisarios hicieron llegar a Génova hasta medio centenar de enmiendas relativas a la incompatibilidad de cargos.

Se negociaron prácticamente todas-entre ellas las de Cristina Cifuentes e Isabel Bonig, retiradas al aceptar Génova las primarias en los congresos regionales. Una docena, en cambio, llegaron «vivas» al debate del plenario. Y entre ellas, sin duda, la más sensible, la de Risueño.

En fuentes del PP se afirma que esa negociación se dejó en manos del partido en Castilla-La Mancha al considerar que tenía un «componente local». La negociación no prosperó, y lo único que se consiguió, afirman desde la dirección, es «cabrear» más al concejal, en los últimos días decidido ya a evitar cualquier acuerdo y a hacer la defensa en el congreso. En las horas posteriores a la votación, desde el PP de Castilla-La Mancha se trasladó en cambio el malestar hacia Maillo por no haber evitado que esta enmienda llegase a votación.

Según Risueño, se produjo una votación a mano alzada y los datos se filtraron a los medios de comunicación. «A ojos de la mesa queda rechazada», se dijo desde la mesa de la ponencia, lo que provocó el abucheo de varios compromisarios. La versión del partido es que la votación se repitió.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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