Independentismo en Cataluña

La Generalitat señala ahora a las empresas para que sean «espacios de socialización» en catalán

independencia de Cataluña
Manifestación de la Diada.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La Generalitat catalana  riega económicamente la promoción del catalán y sitúa la promoción de la lengua autonómica, a costa de marginar el español, como uno de sus ejes de legislatura. Una constante en las prioridades del separatismo. Pero la memoria de programas que acompaña a los últimos Presupuestos catalanes va más allá y se enfoca además en cómo conseguirlo: apuntando al ámbito empresarial como promotor del catalán, lo que implica, claro está, en detrimento del castellano. 

Así, el Govern ve necesario «adoptar medidas para que las grandes marcas comerciales y el tejido comercial local, las federaciones y asociaciones de comercio, organizaciones empresariales y asociaciones de empresarios garanticen los derechos lingüísticos de los consumidores». «Hay que potenciar las acciones que fomenten el rol de la empresa como espacio de socialización y aprendizaje de la lengua catalana», añade la memoria presupuestaria, consultada por OKDIARIO.

«Integración»

Desde el Gobierno catalán se defiende la lengua catalana como «elemento de cohesión social, en una sociedad cada vez más diversa culturalmente» y aseveran, incluso, que «es un elemento necesario para la integración completa de todas las personas de la sociedad catalana». No obstante, al mismo tiempo, aseguran que se «constatan lagunas importantes para la normalización del catalán», por lo que ven preciso «llevar a cabo políticas decididas para fomentar la valoración, el conocimiento y el uso de la lengua catalana».

«En esta línea, es crucial revalorizar la lengua. Para ello, hay que establecer alianzas y dar apoyo a proyectos de entidades empresariales, culturales, deportivas, asistenciales, que contribuyen activamente a cohesionar la sociedad con la lengua como eje vertebrador», reafirman desde el Gobierno separatista. Para lograrlo proponen, entre otras medidas, la promoción del cine subtitulado en catalán y potenciar la oferta audiovisual en esta lengua en las plataformas, además de apoyar otra producción en catalán, como los videojuegos, asistentes de voz o traducción de obras no literarias. «Hay que desarrollar e implantar políticas que hagan del catalán una lengua necesaria, imprescindible, para la integración completa de todos, en un marco de respeto de la diversidad lingüística y de colaboración con territorios de habla catalana», prosiguen, defendiendo además la promoción del aranés y de la lengua de signos catalana.

La Generalitat se justifica en que «entre 2003 y 2013, el número de personas que sólo o muy mayoritariamente hablaban catalán ha retrocedido entre 400.000 y 600.000 personas en muchos ámbitos de la vida cotidiana: en su visita al médico, al hacer la compra, relacionarse con sus vecinos o compañeros de trabajo o hacer gestiones en el banco». Además, «a partir de 2010, la capacidad de integrar lingüísticamente a los nouvinguts» -término con el que se refieren a las personas procedentes de otro país o punto de España- «se ha reducido sustancialmente».

«Recién llegados»

Precisamente, es a estos «recién llegados» a los que se dirigen gran parte de los esfuerzos de las autoridades catalanas para promover la lengua. Como reveló OKDIARIO, los centros escolares disponen de las llamadas «aulas de acogida» destinadas a que los niños no cataloparlantes aprendan catalán y a las que no sólo se deriva a extranjeros, sino también a menores procedentes de otros lugares de España.

La Generalitat ordena a los profesores de estas aulas apartheid que les hagan llegar información pormenorizada de cada alumno, desde sus competencias en comprensión oral o lectora y expresión escrita, al grado de  «integración escolar». Los profesores deben informar sobre si el pequeño «se muestra agresivo» o «bien adaptado», así como su «actitud» de trabajo, si «se esfuerza por hacer bien las tareas» o si se relaciona con otros compañeros.

Las aulas son una forma de «inmersión lingüística» que aparta a los niños del resto de compañeros, según han denunciado las plataformas Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña, Sociedad Civil Catalana y S’ha Acabat, en un reportaje de Cake Minuesa.

Estos pequeños son instruidos a partir de un documento elaborado por la Generalitat, en el que se lee, entre otros, que «Cataluña es un país con una gran personalidad que se diferencia claramente de sus vecinos de dentro y fuera de la Península Ibérica».

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