Feijóo nombra ‘ministro de Exteriores’ en la sombra a González Pons
Esteban González Pons, nuevo vicepresidente del Partido Popular Europeo (PPE), es la persona designada por Alberto Nuñez Feijóo, para volver a tener relevancia y capacidad decisoria en la primera transnacional política del mundo, tras la marcha del polaco Donald Tusk, hasta ahora presidente ejecutivo y el encumbramiento del alemán Manfred Weber.
En efecto. El Congreso del Partido Popular Europeo, que se está llevando a cabo en la ciudad holandesa de Rotterdam -el socio en el gobierno de coalición del liberal Mark Rutte es un dirigente del PPE- supone un cambio de modelo significativo, tras la marcha del ex primer ministro polaco y la llegada de Weber. A partir de ahora, todo girará en torno al Grupo Parlamentario en el Europarlamento en el que el presidente del PPE será el mismo que en el Grupo Parlamentario. Hasta la fecha, Tusk dirigía el partido europeo desde Varsovia; a partir de ahora su sustituto alemán no lo hará desde Bruselas.
De hecho, la secretaría general, hasta la fecha un órgano político con capacidad decisoria, pasa a convertirse en un órgano “técnico” de asesoramiento presidencial. Durante años, la secretaría general ha estado ocupada por el español Antonio López Istúriz, un hombre de confianza del ex presidente Pablo Casado. Todas las competencias de la anterior secretaría general pasan ahora a depender de las distintas vicepresidencias.
“No es que el PP español haya perdido la secretaría general del PPE, subrayan fuentes de Bruselas, es que a partir del cambio de modelo es mucho más relevante una vicepresidencia con amplias competencias que mantener la titularidad de la secretaría general que responde a una mera labor de asesoría…El cambio de modelo, insisten, supone que las decisiones políticas pivotarán a partir de ahora en el Grupo Parlamentario”.
Nuñez Feijóo, que hoy tiene una agenda política de singular importancia en Rotterdam en lo que supone su puesta de largo internacional como líder del centro derecha español negoció con el presidente Werber que al vicepresidente español –Esteban González Pons- le correspondan competencias exclusivas a partir de ahora en cuestiones claves: equilibro presupuestario, fiscalización en Europa de los fondos europeos (cuestión clave en la actual coyuntura), relaciones con los partidos populares (centro-derecha) en Estados Unidos y, sustancialmente, en América Latina.
De este congreso del PPE –que se celebra cada cuatro años- sale muy reforzado González Pons, dirigente de la máxima confianza del nuevo presidente del Partido Popular. El levantino lleva muchos años en Bruselas y durante ese tiempo ha tejido fuertes vínculos personales con los principales dirigentes europeos y, específicamente, con el líder Weber.
En ese contexto europeo, la nueva dirección transnacional del PPE confía plenamente que Nuñez Feijóo retornará al PP al poder en las próximas elecciones generales. Weber es un profundo conocedor de la realidad política española y suele visitar con mucha frecuencia nuestro país. En este sentido, en el PPE se concede extraordinaria importancia lo que está ocurriendo en Latinoamérica con el auge de partidos de extrema derecha y de extrema izquierda en demérito de las formaciones de centro-derecha como ha venido ocurriendo hasta la fecha.
Es ahí donde el rol del Partido Popular español tiene que jugar un papel decisivo para revertir la situación considerada “muy peligrosa” por la alta dirección europea de centroderecha. “Vemos con inquietud lo que está sucediendo en Perú, Argentina, además de los casos, de Venezuela, México…” Esa es la principal encomienda a los dirigentes españoles. También relanzar relaciones con los partidos en Estados Unidos, aunque en este país las “cosas son bien diferentes, obviamente…”. Lo sustancial es que con el apoyo de Alemania, Francia, Países Bajos y otras potencias, el “comisionado” Esteban González Pons inicie una serie de operaciones políticas tendentes a impedir que el centroderecha desaparezca en un continente clave para Europa, y, por supuesto, para España.