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Feijóo mantiene 46 diputados de ventaja sobre Sánchez y consolida su mayoría con Vox: 193 escaños

PP y Vox consolidan una incuestionable mayoría absoluta de 193 diputados

Feijóo confirma su carácter transversal, al absorber votantes a izquierda y derecha

Sánchez es incapaz de insuflar ánimo al PSOE, que se queda en 91 escaños

Ayuso alcanza la mayoría absoluta, triplica en escaños y votos al PSOE y deja a Podemos sin diputados

Feijóo pulveriza el resultado de Casado en las urnas: pasaría del 20,8% al 32,4% de los votos

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Partido Popular conserva intactas sus opciones electorales en el arranque del nuevo curso político y se consolida, a distancia, como la fuerza más votada. Con 135 escaños (137 con Navarra+, la marca con la que el PP concurre en esta comunidad autónoma), Alberto Núñez Feijóo mantiene a los populares en una situación inmejorable, primero, de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas del año que viene, y, claro está, con la vista puesta ya en las generales. Su propuesta alternativa a Pedro Sánchez posiciona al partido en el mejor dato desde los comicios de 2019 y le permite sumar una rotunda mayoría absoluta de 193 escaños con Vox (56).

Los datos de la encuesta de Data10 para OKDIARIO reflejan la fortaleza del efecto Feijóo y sólo recogen ligeras novedades con respecto al mes anterior. Así, se constata la debilidad del PSOE que, aunque gana cuatro escaños (91) por los ajustes con Podemos (21) y Más País (2), acusa una profunda crisis de credibilidad y confianza. La insólita campaña de insultos y descalificaciones orquestada en verano desde Moncloa para tratar de erosionar al líder del PP no sólo no da ningún resultado, sino que se estrella contra la realidad demoscópica: sólo el 63,1% de quienes votaron a Pedro Sánchez hace tres años volvería a hacerlo ahora.

Crisis del PSOE

Su incapacidad para gestionar la inflación desbocada, su rechazo a la bajada de impuestos para aliviar a la clase media -como la deflactación del IRPF que le propone el PP y a la que incluso se suman sus barones-, la imposición del decreto energético, la incertidumbre por el suministro de gas ruso, o el sistemático asalto a las instituciones sumen a los socialistas en una profunda crisis, sin atisbo de remontada. Sirvan los datos: Sánchez pierde 29 escaños en el Congreso (del 28% de voto en 2019 al 23,3%) y arrastra a su partido a una situación delicadísima. A día de hoy, el PSOE sólo ganaría en tres provincias -Huelva, Sevilla y Barcelona- siendo superado en el resto por el PP, Vox o, en el caso de Cataluña y el País Vasco, los partidos separatistas. En Madrid, por ejemplo, el PP prácticamente le duplica (15 diputados frente a 8).

Sánchez, que arrancó el mes con una campaña de autobombo -El Gobierno de la gente- para reconectar con su electorado, ha comprobado durante estas semanas cómo la desafección de la calle es total. No sólo es incapaz de revertir la apatía de un votante golpeado por la pérdida de poder adquisitivo, sino que observa impotente el imparable trasvase de socialistas desencantados hacia el PP. Feijóo atrae al 14,2% de quienes apoyaron al líder del PSOE en 2019 o, lo que es lo mismo, a 964.462 de sus votantes. Un signo evidente del éxito del proyecto del líder popular para aglutinar al electorado y que convierte al PP, con diferencia, en el nuevo partido refugio para el socialismo decepcionado por el giro populista del presidente del Gobierno. Otro dato: Feijóo ya aventaja en 44 diputados al jefe del Ejecutivo, 46 si añadimos a Navarra+. 

Transversal

El mandatario gallego apenas ha necesitado medio año para reconducir el liderazgo del PP en el mapa político. Los populares retienen la confianza del 72,5% de quienes les apoyaron en las últimas generales y, de celebrarse ahora las elecciones, pasarían del 20,8% de votos que recibieron hace tres años al 32,5% o, lo que es lo mismo, 46 diputados más. Sólo desde que Feijóo tomó el relevo a Casado, en abril, el PP ha ganado 40 escaños.

Su capacidad para absorber al electorado catapulta las opciones del ex presidente de la Xunta con una propuesta sensata en lo económico y social que convence a izquierda y derecha y que no encuentra techo electoral. El PP seduce al 56,7% de votantes de Ciudadanos (935.730) -que se queda sin representación- y limita el trasvase hacia Vox, su principal competidor electoral.

No son buenos tiempos para los de Santiago Abascal, que en un mes pierden tres diputados (56). Lastrado aún por el fiasco de las elecciones andaluzas, el partido ha acaparado titulares estas semanas a raíz de la abrupta salida de Macarena Olona y, en lo demoscópico, ve confirmada su crisis. Cuando Casado era líder del PP, Vox llegó a firmar el sorpasso, pero ahora el vuelco de tendencia es incuestionable y ese escenario ni se contempla. Los populares están a 79 escaños. Aun así, los de Abascal superan aún -en cuatro asientos- su actual representación en el Congreso. Además, el partido puede presumir de tener el electorado más fiel, pues el 77,9% de quienes apostaron por ellos en 2019 volvería a darles la papeleta.

Podemos, por su parte, retiene los 21 diputados del anterior sondeo, aunque el resultado es un nuevo batacazo electoral para los morados, ya muy lejos de sus actuales 35 escaños. El partido observa ahora con incertidumbre el nuevo proyecto de Yolanda Díaz, que podría mermar todavía más sus expectativas.

Los dos socios del Gobierno, que en distintas ocasiones han exhibido sin tapujos sus desavenencias, han bajado de 155 diputados a 112 en sólo tres años de gestión.

Sánchez, ahora rehén de sus socios podemitas, separatistas y proetarras, tendría imposible gobernar aún aliándose otra vez con todo su séquito. El socialista ha escorado al PSOE a la izquierda más radical, asumiendo el peaje de estos apoyos. Los próximos meses tampoco serán fáciles para el líder socialista. En un contexto de marcada crisis económica e incertidumbre por la energía, y con las familias españolas asfixiadas por la inflación, el castigo en las urnas y, con ello, el cambio de ciclo, parece incuestionable.