España
Exhumación de Franco

Los Primo de Rivera quieren sacar del Valle a José Antonio para que no les pase como a los Franco

Tras la exhumación de Franco, Pedro Sánchez pretende reubicar los restos del fundador de Falange, Primo de Rivera, en un lugar "no preeminente" de la Basílica

Última hora de la exhumación de Franco desde el Valle de los Caídos, en directo

La familia de José Antonio Primo de Rivera baraja sacar sus restos del Valle de los Caídos ante la posibilidad de que el Gobierno de Pedro Sánchez acometa su plan de reubicarlos en la Basílica. La intención de los familiares es evitar un debate público como el que ha generado la exhumación de Franco y, con discreción, trasladar al fundador de Falange a un mausoleo privado, llegado el caso.

Al contrario de Franco, los planes de Sánchez no pasan porque Primo de Rivera salga del Valle, pero sí por ‘recolocarlo’ en un lugar «no preeminente», retirándolo del altar, donde ahora reposa. Tras la exhumación del dictador -prevista para este jueves- Primo de Rivera presidirá la Basílica en solitario.

El planteamiento no es inmediato, pero sí figura en los planes a medio plazo que Sánchez tiene previsto acometer para ir completando su política de Memoria Histórica. El socialista piensa además replantear el régimen jurídico de todo el Valle, lo que podría implicar la salida de la comunidad benedictina. Los familiares pretenden adelantarse, ante el temor de que ello provoque una desacralización del espacio. 

El informe de los expertos encargado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, en 2011, ya aconsejaba al Ejecutivo recolocar los restos de Primo de Rivera.

«Entre los más de treinta mil españoles allí enterrados e igualados en la muerte, se optó por destacar y dar preferencia sobre todos ellos a los restos de José Antonio Primo de Rivera, que fueron inhumados en lugar central del altar mayor. A juicio de esta Comisión, esta ubicación preferente quiebra el igual tratamiento debido a los restos de todas las personas allí enterradas», se apuntaba en dicho trabajo.

En las recomendaciones, se argumentaba que en «el objetivo de resignificar el conjunto del Valle de los Caídos, despojándole de cualquier connotación ideológica y política, y atendiendo únicamente a la dimensión moral de la memoria, sólo será posible si los enterramientos se reservan únicamente, como estaba previsto, para los restos de las víctimas y los muertos de la Guerra Civil».

Lugar preeminente

«Por lo que se refiere a los restos de José Antonio Primo de Rivera, la Comisión entiende que, dada la igual dignidad de los restos de todos los allí enterrados, aquellos no deben ocupar un lugar preeminente en la Basílica», añadía el texto.

Los planes de Sánchez pasan por convertir el Valle de los Caídos en un «cementerio civil». Y eso, considera, es incompatible con que, primero Franco y después, Primo de Rivera, reposen en un lugar destacado.

Víctima de la Guerra Civil

En agosto del año pasado, cuando el Gobierno modificó la Ley de Memoria Histórica a través de un decreto-ley para sacar a Franco del Valle de los Caídos, el Ejecutivo argumentó que el fundador de Falange  «es una víctima de la contienda» y «por lo tanto, la permanencia de sus restos mortales en el Valle de los Caídos está justificada en las mismas condiciones que lo está para el resto de las víctimas», según explicó la vicepresidenta Carmen Calvo.

No obstante, el PSOE ya solicitó en varias ocasiones al Gobierno del PP que sacase los restos de donde ahora están, como reclamó por ejemplo en una moción -aprobada por el Pleno- presentada en 2017.

«Vamos a ir a lo urgente, que es exhumar a Franco y en el debate que abriremos con el resto de los grupos parlamentarios seguiremos tomando decisiones para aplicar la proposición del grupo socialista del 2017», apostilló Calvo. La vicepresidenta insistió entonces en la importancia de convertir el Valle de los Caídos en un lugar «de respeto a las víctimas de ambos bandos allí enterrados».

Primo de Rivera fue fusilado el 20 de noviembre de 1936 por el bando republicano en el inicio de la Guerra Civil. El líder falangista tenía 33 años y fue acusado de conspiración y rebelión militar contra el Gobierno de la Segunda República. Por lo tanto, sí se le considera un caído de la Guerra Civil.

Una vez terminada la guerra, en noviembre de 1939, Franco ordenó trasladar sus restos de la fosa común de la cárcel de Alicante, donde había sido fusilado, al Monasterio de El Escorial.

Finalmente, en 1959, el dictador ordenó trasladarlo de nuevo, esta vez a la Basílica de Cuelgamuros en el Valle de los Caídos, donde aún se encuentran.