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Díaz exige a Sánchez que defienda la sanidad y la educación como gasto militar en la cumbre de la OTAN

El posicionamiento de Sumar, que forma parte del Gobierno, es claro: ser el dique de contención de EEUU en La Haya

Sumar quiere que España sea el dique de contención de Donald Trump en sus exigencias a Europa para incrementar el gasto militar. La formación de Yolanda Díaz exige a Pedro Sánchez que se convierta en «parte proactiva en la reformulación del concepto de seguridad a nivel global», lo que, según la formación, se traduce en incluir gastos como sanidad o educación dentro de las partidas de defensa. Una exigencia clave en dos aspectos: por un lado, la cercanía a la cumbre de la OTAN, que se celebra la próxima semana y, por otro, el aumento de la presión que los socios están ejerciendo sobre Sánchez tras el estallido del caso PSOE.

Sumar ha registrado una proposición no de ley en el Congreso sobre el aumento del gasto militar. La formación de Díaz expone que la próxima cumbre de la OTAN se propone como la reunión donde se producirá un incremento sustancial de los compromisos de gasto de defensa por parte de los países integrantes de esta Alianza Militar. El objetivo planteado encima de la mesa por la actual administración Trump es un compromiso para que los países europeos alcancen el 5% del PIB dedicado a gastos en defensa.

«Hay cierta confusión y debate respecto a lo que puede ser considerado gasto en defensa entre los diferentes países y los límites de este. Por ejemplo, el secretario General de la Alianza, Mark Rutte, ha propuesto que el incremento sea hasta el 3,5% y que se destine el 1,5% restante a seguridad», asegura Sumar, que quiere aprovechar este «vacío legal» para exigir al Gobierno que incluya gastos que no son estrictamente militares dentro del presupuesto.

«Ser parte proactiva en la reformulación del concepto de seguridad a nivel global. Lo que implica incorporar cuestiones como: el gasto social; las políticas públicas que promueven la igualdad y la inclusión; la mejora en los servicios públicos (como educación, sanidad y servicios básicos) directamente concernidos por las amenazas no definidas», exige. Una exigencia que se produce en la antesala de la cumbre de la OTAN que se celebrará en La Haya del 24 al 26 de junio. 

El posicionamiento de Sumar, que forma parte del Gobierno, es claro: ser el dique de contención de EEUU. «Rechazar el incremento del gasto militar según la propuesta impulsada por la Administración Trump y defender que el actual gasto militar es suficiente para atender a las necesidades militares y de seguridad europeas», exigen a Sánchez en su propuesta.

5.100 millones más

Yolanda Díaz y el resto de su ala comunista del Gobierno han permitido de tapadillo a Pedro Sánchez gastar 5.100 millones de euros más en Defensa en los dos últimos años, saltándose la cifra tope fijada en la Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE). Mientras Díaz y los suyos han estado pregonando en público su oposición al aumento del gasto militar, en la privacidad del Gobierno de coalición han contribuido, con su anuencia, a que los PGE fueran modificados reiteradamente para engordar las partidas de gasto en Defensa: 2.424 millones extra en 2023 y otros 2.714 adicionales en 2024, según la documentación contable oficial del Ministerio de Hacienda.

Durante todo este tiempo, Sumar ha favorecido desde el Gobierno justo lo contrario que han pregonado en público: un aumento del gasto militar hecho, además, con mínima transparencia y a espaldas del Congreso, a escondidas. La mecánica para hacerlo de tapadillo ha sido la siguiente: la última Ley de Presupuestos Generales del Estado aprobada por el Gobierno de Sánchez, las cuentas de 2023 –que siguen prorrogadas al no haberse aprobado cuentas nuevas en tiempo y forma–, incluyeron una partida para Defensa que aparentemente tenía en cuenta esa contención pregonada en público por los comunistas.

Con esa cifra consiguieron que las cuentas fueran aprobadas y que entraran en vigor el 1 de enero de 2023, apoyadas también por la retahíla de grupos independentistas –proetarras de Bildu incluidos– que sostienen a Sánchez en La Moncloa desde junio de 2018, cuando se instaló en el palacio presidencial gracias a su moción de censura contra Rajoy.