Cierre de centros de día y residencias y viajes cancelados: las medidas que Madrid sí tomó antes del 8-M
El Gobierno pidió suspender un congreso evangélico en Madrid por el coronavirus 2 días antes del 8-M
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El principal argumento que utiliza la izquierda para rehuir responsabilidades en la convocatoria de la manifestación del 8-M por el Día de la Mujer es que la Comunidad de Madrid envió una carta indicando que «la población general puede hacer su actividad con normalidad». Así lo ha expuesto la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra. Sin embargo, esa carta incluía la recomendación de «evitar aglomeraciones».
Además, esa orden se sumaba al cierre de centros de día de mayores, la prohibición de visitas a residencias de la tercera edad y la cancelación de varios viajes internacionales previstos.
La clausura de los centros de día y las restricciones de las visitas a residencias de mayores fue decretado por la Comunidad de Madrid el 5 de marzo. Vino acompañada de la recomendación a la Iglesia Evangélica de cesar sus actividades, «ante la asociación de casos relacionados con este colectivo».
Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid, que acató el cierre de sus centros de día impuesto por la Comunidad, fue un paso más allá y canceló varios viajes internacionales. Uno de los más destacados fue el vuelo a Bruselas donde el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y el concejal de Medio Ambiente, Borja Carabante, iban a presentar el plan de calidad del aire Madrid 360 a las autoridades comunitarias. Un viaje al que iba a acudir una amplia delegación de periodistas.
También se suspendió la asistencia a la feria internacional de turismo de Berlín para evitar llevar o traer el coronavirus de un país a otro. Al mismo tiempo varios congresos en la capital fueron anulados. En definitiva, Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, a pesar de no tener los avisos de organismos internacionales como la OMS, sí emprendieron medidas para frenar lo que entonces era una epidemia.
Por su parte, el propio Ministerio de Sanidad antes del 8M, como ha desvelado OKDIARIO, pidió el pasado 6 de marzo a los organizadores de un congreso evangélico en la Caja Mágica de Madrid suspender este evento previsto del 19 al 21 de marzo por el riesgo de contagio que ya suponía el coronavirus. Así lo hizo en una carta firmada por la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio Azcárraga.
Sin embargo, dos días después, este mismo departamento adoptó un criterio diferente con las manifestaciones del 8-M y el resto de actos de ese domingo. Para salvar las manifestaciones del Día de la Mujer en toda España relajaron la contundencia aplicada a los cristianos evangelistas.
A pesar de que días antes sí habían instando a la cancelación de una concentración de personas mucho más modesta, el Gobierno dio visto bueno a la manifestación de 120.000 personas por las calles de la capital a favor del feminismo. A través de la Delegación del Gobierno que lidera José Manuel Franco, el Ejecutivo dio luz verde. Este alto cargo socialista ya está siendo investigado en un juzgado por esos hechos.