Independentismo en Cataluña

La ‘fatua’ independentista que sufren a diario los vecinos de Vic desde la megafonía del Ayuntamiento

Escuchar la grabación en el centro de la plaza tiene un eco que si algo inspira no es otra cosa que terror

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Escuchen el vídeo. No es la llamada a la oración del muecín desde el minarete de la mezquita. Tampoco la siniestra advertencia de un vigilante nazi desde la torre de un campo de concentración. Es la fatua independentista que todos los días, desde la megafonía del Ayuntamiento de Vic se lanza a los vecinos de esta localidad de Barcelona.

Tras un repique de campanas, siempre la misma grabación: «No normalicemos la situación de excepcionalidad y de urgencia nacional. Recordemos cada día que todavía hay presos políticos y exiliados. No nos desviemos de nuestro objetivo: la independencia de Cataluña».

«El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen confiables», escribió Orwell. Pero en Vic algo falla. Porque escuchar la grabación en el centro de la plaza tiene un eco que si algo inspira no es otra cosa que terror.

Así son sermoneados un día sí y otro también los vecinos de esta bella localidad barcelonesa, víctimas de una experiencia orwelliana («El Gran Hermano te observa»), donde el separatismo se apropia de los espacios públicos para su propaganda de la mentira. Y donde los vecinos son obligados a escuchar, deseen o no, porque la megafonía tiene su potencia en forma de watios y se distribuye desde un Ayuntamiento que es todos a la hora de pagar los impuestos, pero que sólo unos, los separatistas, pueden utilizar para su causa política.

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