Crisis del coronavirus

Las caceroladas en Madrid son un clamor contra el Gobierno: «¡¡¡Dimisión, dimisión!!!»

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Pelayo Barro

Cuarto día consecutivo de caceroladas en Madrid. La calle Núñez de Balboa va camino de convertirse en un símbolo de las protestas contra la gestión del Gobierno frente a la crisis del coronavirus. Pero no es el único barrio que muestra su indignación. En Pinar de Chamartín, en la Plaza de Chamberí o  en Aravaca se han reproducido las protestas, con banderas de España, cacerolas y un grito unánime: «¡¡¡Dimisión, dimisión!!!».

Este miércoles la meteorología ha acompañado y ha provocado que la cita sea más multitudinaria que en los últimos días. La indignación va a más en Madrid atrapado en la fase 0. Mientras, el Ministerio del Interior ha dado orden de monitorizar redes sociales para evitar este tipo de concentraciones.

A falta de un día para cumplirse dos meses de estricto confinamiento, Madrid ya da señales de hartazgo. El epicentro de esas protestas se ha instalado en los últimos días en los 150 metros de sección de la calle Núñez de Balboa que cortan con la calle de Ayala y la Don Ramón de la Cruz. Ese es el núcleo de las protestas, pero los «¡Sánchez dimisión!» y los gritos de ‘¡Libertad! ¡Libertad!» se escuchan por todo el barrio de Salamanca y por muchos otros puntos de la capital, como Hortaleza o Pinar de Chamartín. Y empiezan a encenderse focos en otras ciudades como Oviedo o Alicante.

A las ocho y media de la tarde comenzó a notarse el movimiento en la zona de Núñez de Balboa. Un coche pasó por esta ‘zona cero’ de las protestas con las ventanillas bajadas y el ‘Y viva España’ de Manolo Escobar a todo volumen. Fue el pistoletazo de salida de una nueva noche de indignación.

Minutos antes de las nueve de la noche comienzan a sonar los ‘tac tac tac’ característicos de la cacerolada, que ya son la banda sonora de las noches del barrio. Pero esta vez fueron masivos. Este miércoles han sido muchos los vecinos que, como ha comprobado OKDIARIO, han decido abandonar momentáneamente sus balcones de Núñez de Balboa (donde las banderas de España con crespón negro están generalizadas) para bajar a la calle a mostrar su disconformidad con la gestión del Gobierno. Las protestas también han atraído a muchos vecinos de calles adyacentes. Cada día hay más gente, advierten los vecinos. En el momento álgido de la noche, en Núñez de Balboa se han juntado varios centenares de personas.

La primera gran protesta de estos vecinos se produjo el domingo. Ese día, a las ocho y media de la tarde, efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) hicieron acto de presencia y comenzaron a pedir identificaciones a los viandantes. Su presencia inflamó aún los ánimos y desde entonces, esos 150 metros del centro de Madrid se han convertido en un hervidero alrededor de las nueve de la noche.

Pinar de Charmartín, Aravaca…

Otro numeroso grupo de vecinos se ha congregado también en la calle Condesa de Treviño, en pleno barrio de Pinar de Chamartín donde se ha reproducido la protesta con cacerolas y gritos contra el Gobierno socialcomunista. Otro punto neurálgico ha sido Aravaca, allí un nutrido grupo de personas con banderas de España se ha concentrado en una rotonda para pedir la dimisión del Gobierno.

Mientras, el Gobierno mira de reojo a esta resistencia ciudadana en pleno centro de Madrid: el Ministerio del Interior ha dado orden a la Policía Nacional de monitorizar con más ahínco las redes sociales en busca de ‘desafectos’ que planteen llevar su cabreo del plano digital a la calle. Se rastrean posibles convocatorias ciudadanas, incluso de reducido tamaño, para adelantarse a ellas y disolverlas.

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