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El Ayuntamiento de Barcelona no cederá, en principio, locales para el golpe independentista del 1-O

  • Juanan Jiménez
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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no cederá locales municipales para la celebración del referéndum independentista del próximo 1 de octubre.

Barcelona se baja del tren separatista y asesta un duro golpe al movimiento independentista. La ciudad más poblada de Cataluña y capital autonómica no permitirá que los organizadores del referéndum utilicen sus locales para colocar urnas.

La alcaldesa de Barcelona siempre ha mostrado una posición garantista asegurando que no pondría en peligro a los funcionarios ordenándoles actuar en contra de la ley. El pasado mes de julio, Colau aseguraba que «parece difícil que en tan poco tiempo se den todas las garantías para celebrar un buen referéndum». Este mismo jueves, la regidora de la Ciudad Condal aseguraba que esperaría al auto del Tribunal Constitucional sobre el recurso del Gobierno contra la ley del referéndum ilegal y a la decisión de los servicios jurídicos municipales.

Por eso, este viernes, Colau ha hecho saber al Govern que no cederá instalaciones municipales a la espera de que Puigdemont le aclare qué hará para no poner en riesgo a la institución y los funcionarios.

Colau se lo ha hecho saber por carta al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tras la de éste a los ayuntamientos catalanes para que respondieran en 48 horas sobre su disposición para habilitar el dispositivo electoral.

El portavoz del gobierno municipal y primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha reiterado ante los medios «el pleno compromiso de Barcelona para que se pueda ejercer el derecho a participación», pero siempre que no haya riesgo ni para la institución ni para sus trabajadores».

Colau recuerda en su carta a Puigdemont que en cuanto le llegó su petición ordenó al secretario general del Ayuntamiento que «se iniciasen los trámites ordinarios para comprobar la disponibilidad del dispositivo habitual que se pone en marcha en cualquier proceso electoral», lo que afecta a más de 260 colegios electorales y a más de 1.300 mesas electorales.

Pero también recuerda al presidente de la Generalitat que todos estos trámites han quedado afectados por la suspensión del Tribunal Constitucional.

La alcaldesa ha reiterado la disposición del Ayuntamiento de Barcelona para «garantizar y facilitar el derecho a la participación política y a la movilización ciudadana», pero «siempre que no se ponga en riesgo a la institución y a los servidores públicos municipales».

Tras la declaración por parte del TC de la ilegalidad de la citada ley, aprobada por el Parlament,  la alcaldesa se ha decantado por no ceder ante los independentistas.

De las 10 ciudades con más población de Cataluña, sólo tres han confirmado por el momento que sí cederán espacios para la celebración de las votaciones: Badalona (215.634 habitantes), Sabadell (208.246) y Reus (103.615). No se han sumado al llamamiento hecho por la Generalitat: Barcelona (1.608.746 habitantes), Hospitalet (254.804), Terrasa (215.121), Lérida (138.144), Tarragona (131.094), Mataró (125.517) y Santa Coloma de Gramenet (117.153).

Sólo Barcelona y Hospitalet suman cerca de 2 millones de habitantes de los siete y medio que pueblan Cataluña. Curiosamente, Badalona y Sabadell, dos de los grandes ayuntamientos que han dicho ‘sí’ al referéndum están en manos de Podemos. Hospitalet, Lérida, Tarragona, Mataró y Santa Coloma están gobernados por el PSC, en algunos casos en coalición con otros partidos.

En total, los grandes municipios que han rechazado colocar urnas el 1-O suman 2.600.000 habitantes, aproximadamente, lo que supone un 34% de la población total de Cataluña.

La Generalitat había dado un plazo de 48 horas a los alcaldes para que se pronunciaran sobre la cesión de los locales municipales para la convocatoria ilegal. El goteo de ‘síes’ y ‘noes’ ha sido constante y en estos momentos son 654 los alcaldes que han prometido dar respaldo a la convocatoria de Puigdemont. Eso supone el 70% de los 947 consistorios que hay en Cataluña.