Asociaciones de izquierdas organizan unas jornadas contra el turismo en Mallorca

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Playa de Palma de Mallorca. (Foto: EFE)
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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El grupo de editores del monográfico ‘Todo incluido’ ha convocado unas jornadas contra la «turistización» de Palma de Mallorca. Siguiendo las tesis de partidos como la CUP, o la mismísima alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el turismo supone un perjuicio para los habitantes de la ciudad.

Bajo el lema «La ciudad es de quien la habita, no de quien la visita» estos grupos compuestos por colectivos de izquierdas, anarquistas y asociaciones ecologistas consideran que el turismo masivo de las Baleares es una especie de lacra que hay que extirpar.

Todo lo relacionado con el turismo es criticado por estos colectivos. Desde la apertura 19 nuevos hoteles de lujo en la isla hasta el crecimiento en el número de terrazas y bares que, según estos grupos antituristas «nos llevan a la actual masificación e invaden y privatizan cada vez más el espacio público, regulado por el anterior Ayuntamiento en favor del civismo consumista».

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Otro punto crítico, según señalan, tiene que ver con la «invasión» de capital procedente del extranjero, especialmente de países nórdicos, que realizan sus inversiones en barriadas de Palma que conllevan un «proceso de desposesión cada vez más agresivo, como la precarización del trabajo y los desahucios de residentes».

Precisamente, representantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) participarán en estas jornadas que, según sus organizadores, tratan de dar soluciones a «esta tendencia que está cambiando nuestra ciudad». Equiparan lo que dicen que sucede en Palma de Mallorca con otras ciudades europeas que «han entrado en los circuitos turísticos y de especulación de capitales, como Amsterdam, Ibiza, Venecia o Barcelona».

Las tesis de Ada Colau

Las tesis defendidas por estos colectivos no son nuevas en absoluto. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, impulsó al poco de coger el bastón de mando de la ciudad una serie de medidas encaminadas, precisamente, a restringir la llegada de turistas a la Ciudad Condal.

Uno de los sectores al que golpeó frontalmente fue al de los alojamientos. La retirada de licencias a hostales y hoteles ha supuesto una importante restricción de la oferta en la Ciudad Condal. Perjudica tanto a los establecimientos que tienen que cesar en su actividad como a otros negocios vinculados al turismo, como restaurantes y tiendas de recuerdos, pero favorece de forma evidente a aquellos hoteles que puedan mantenerse abiertos. Estos, al ver reducir su competencia, se garantizan una mayor clientela y no tienen que competir con precios.

La política de Colau va en línea radicalmente contraria a la tendencia imperante en Europa. Lejos de amenazar con cierres de actividad, en la mayor parte de las grandes ciudades del Viejo Continente se está preparando la apertura de nuevos establecimientos hoteleros. De hecho, la construcción de hoteles crece a un ritmo del 6,3% en todo el continente, según los datos del informe STR Global Pipeline Report correspondiente a enero.

Además, en toda Cataluña se cobra entre 0,5 y 2,25 euros por persona y noche. La tarifa varía según el tipo y categoría de establecimiento, y es superior en Barcelona que en el resto de la comunidad autónoma. El gravamen se impone a todo aquel que se aloje en hoteles, apartamentos turísticos, campings, casas rurales, albergues juveniles, viviendas de uso turístico, áreas de pernoctación para vehículos y embarcaciones de cruceros. En el caso de las habitaciones en pisos compartidos para turismo, los albergues y las áreas para autocaravanas se ha empezado a aplicar este verano.

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