Nadie se fía de nadie en las Primarias del PP y todos los candidatos piden interventores en las mesas

Nadie se fía de nadie en las Primarias del PP y todos los candidatos piden interventores en las mesas
Los seis candidatos a la presidencia del PP.
Carlos Cuesta

A falta de pocas horas para que se celebre la primera votación de las Primarias del Partido Popular, nadie se fía de nadie y los candidatos han pedido que haya interventores en las mesas. La pugna ha surgido en dos comunidades autónomas concretas: Castilla y León y Castilla La Mancha. Y la reclamación ha sido contestada con frialdad desde los órganos del partido que han recordado que la imagen de ver interventores en las mesas sólo podría trasladar un mensaje: “El de que no nos fiamos ni de nosotros mismos y que tenemos una desconfianza absoluta sobre la limpieza del proceso”.

El debate, pese a ello, está servido. Y es que desde la candidatura de Pablo Casado se ha asegurado en diversas ocasiones que se “están observando presiones de voto en determinadas direcciones. Algo que no debería ocurrir, porque el voto debe ser libre”. Y desde la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría se ha hablado de la posibilidad de contar con estos interventores.

Sea como sea, la respuesta oficial ha recordado que el partido “deberá convivir unido tras la celebración del Congreso Extraordinario” y que, por lo tanto, no es conveniente que las mesas de votación muestren una desconfianza tan absoluta en el resto de miembros del partido porque “la imagen del partido puede salir muy tocada de este proceso electoral interno.

Pese a ello, la petición de que los distintos candidatos puedan contar con ‘observadores’ en las mesas de votación se ha cursado extra oficialmente. Y el ambiente se sigue enturbiando a falta de horas para el inicio de la votación que tiene que dirimir quién será el sucesor de Mariano Rajoy al frente de la Presidencia del Partido Popular y, consecuentemente, quién será el candidato a la Presidencia por parte del PP en las próximas elecciones generales. Y es que, o se modifican los estatutos del partido, o el presidente de la formación tendrá que ser el candidato electoral.

Los actos de campaña que está llevando a cabo Pablo Casado, de hecho, han empezado a registrar una especie de consigna interna en la que distintos militantes corean una lema: “Ni presiones, ni dossiers”.

El mensaje de queja y de denuncia de este tipo de prácticas fue expuesto en público por el propio Pablo Casado la semana pasada. Y, de hecho, tuvo contestación en la ex secretaria general y también candidata, María Dolores de Cospedal, quien pidió a Casado que “si tiene pruebas, que lo denuncie”.

El temor entre las bases crece, de hecho, a que este proceso -más abierto de lo habitual hasta ahora en este partido- acabe provocando una fisura excesiva e irreconciliable en la formación. Y a que pueda llegar a provocar una ruptura tal que acabe en un posteriormente fraccionamiento. Casado, en esta línea, ya ha dicho que si gana cualquier de las otras dos grandes candidatas -Cospedal o Soraya- él no aceptará ningún cargo.

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