El día de investidura frustrada de Carles Puigdemont

La Fiscalía descarta abrir diligencias por los disturbios alrededor del Parlament del 30 de enero

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La Fiscalía descarta inicialmente abrir diligencias por los disturbios que tuvieron lugar en los alrededores del Parlamento catalán el día del frustrado pleno de investidura de Carles Puigdemont del 30 de enero.

Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, el Ministerio Público «no se plantea abrir una investigación por estos incidentes al considerar que son altercados de orden público» sin mayor trascendencia judicial. Actualmente, se está elaborando un atestado policial sobre los incidentes. Si dicho informe recogiera hechos presuntamente delictivos, el Ministerio Público cambiaría su criterio y abriría una investigación.

Por el momento, estas algaradas no formarán parte de la causa abierta en la Audiencia Nacional por sedición contra el exmayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, por el asedio a la Consejería de Economía catalana el 20 y el 21 de septiembre y la inacción de los Mossos. Tampoco, se unirán a la causa por rebelión que capitanea el juez Pablo Llarena en el Tribunal Supremo.

Este pasado martes, cientos de personas se concentraron ante las puertas del Parlamento catalán para protestar por el aplazamiento del pleno de investidura de Puigdemont, que permanece huido en Bélgica, anunciado por la mañana por el presidente de la Cámara catalana, Roger Torrent. Los Mossos desplegaron un dispositivo, sin embargo, los violentos forzaron las puertas del Parque de la Ciudadela y rompieron el cordón de seguridad.

Durante los altercados, fueron detenidas dos personas tras enfrentarse con los agentes que se vieron completamente desbordados. Los arrestados quedaron posteriormente en libertad con cargos por un presunto delito de atentado a los agentes de la autoridad. En los disturbios, tres manifestantes independentistas resultaron heridos con traumatismos leves, contusiones y fractura de clavícula, respectivamente. Además, 24 agentes sufrieron contusiones leves durante los enfrentamientos y cargas policiales.

Los antidisturbios se desplegaron frente al Parlament al producirse momentos de tensión cuando un grupo de independentistas intentó derribar las vallas que protegen la puerta principal de acceso al Parlamento catalán. Un grupo de violentos intentó saltar el perímetro y los Mossos intervinieron para que no sobrepasaran el control de seguridad.

La Asamblea Nacional Catalana ANC, cuyo expresidente Jordi Sànchez permanece en la prisión de Soto del Real, desconvocó su movilización ante el Parlamento catalán y aseguró que «el movimiento por la independencia es siempre no violento».

estelada Parlament
Una bandera estelada colgada por la dirección de la CUP en la verja del Parlament.

Enfrentamientos entre independentistas

Tal y como publicó este diario, la tensión también llegó internamente en el lado del bando golpista. Los manifestantes de la ANC se enfrentaron con los cachorros de la CUP y los golpistas CDR,  por desconvocar los primeros la concentración y acampana al lado del Parlamento catalán para protestar por el retraso del pleno de investidura del fugado Carles Puigdemont.

Finalmente, los partidarios de la acampada abandonaban el lugar por la noche, después de votar la retirada en asamblea. Dicha acampada había comenzado tras los disturbios ocurridos desde primera hora la tarde.

La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, y dirigentes del PP como Andrea Levy o Alejandro Fernández, y el líder de los Comunes, Xavier Domènech, recibieron insultos y consignas como «fuera fascistas del Parlament». Precisamente, uno de los momentos más tensos se produjo cuando Arrimadas tuvo que ser escoltada para salir por la puerta principal del Parlamento regional y caminar unos cincuenta metros, entre abucheos e insultos, antes de abandonar el lugar en su coche.

El dispositivo policial con el que los Mossos actuaron este martes para evitar la entrada de los manifestantes independentistas al parque de la Ciudadela resultó un fracaso.  Agentes de la Policía y los Mossos han asegurado que la intervención fue “escasa, inefectiva e intentado evitar fotos similares a las de las cargas del 1-O”. Además, se pidió a los Mossos que no llevasen protección de casco ni chaleco para no dar “imagen de represión”. 

Cargas de los Mossos ante el Parlament.

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