El CNI tiene vigilado a Puigdemont las 24 horas en Bruselas para impedir que se fugue

El Centro Nacional de Inteligencia no quiere que la escapada de Carles Puigdemont acabe en un bochorno nacional. El CNI mantiene en estos momentos bajo control permanente, durante las 24 horas del día, la figura de Puigdemont. 

La fuga del presidente catalán depuesto ha ido demasiado lejos. Sus intervenciones en rueda de prensa ante los medios internacionales han despertado las alertas del Gobierno y de ‘La Casa’. Y lo último que se pretende permitir es que la escapada de Puigdemont acabe en una pérdida de control de su persona y en la posibilidad de que pueda eludir la acción de la Justicia incluso saliendo del ámbito europeo.

Por ello la Inteligencia española se ha puesto en contacto con las autoridades belgas para mantener presencia permanente y poder seguir al expresidente en cada movimiento que realiza dentro de Bruselas.

La presencia de efectivos del CNI en Bruselas no es nueva.

Como centro prioritario de representación Europea, Bruselas es sede habitual de presencia de efectivos de los distintos Estados miembros y cuenta con los protocolos de colaboración necesarios para desarrollar este tipo de operaciones.

El Centro Nacional de Inteligencia,  además, tiene conocimiento de las intenciones del fiscal general, José Manuel Maza, de proceder a la detención de Puigdemont en caso de que pretenda permanecer en Bruselas hasta la fecha de la citación judicial. Por ello, y porque el asunto se ha convertido en un peligroso reclamo mediático internacional del separatismo, el CNI ha decidido permanecer pegado a Puigdemont a lo largo de toda su estancia en Bruselas.

El Centro Nacional de Inteligencia quiere evitar, además, que la salida efectuada por Puigdemont abra un nuevo foco de debate político sobre la causa de que no se dictase la detención preventiva antes de iniciar el viaje del ex presidente hacia Bélgica. Sabe que se juega mucho en esta actuación y que, tal y como ha argumentado ya internamente el fiscal general Maza, existe un riesgo de fuga cierto de Puigdemont.

El Gobierno sabe que este asunto se ha convertido, además, en un completo catalizador de la opinión pública. Y que la percepción de éxito o fracaso en el castigo a los golpistas puede ser decisivo, incluso, en la respuesta del pueblo catalán en las cercanas y decisivas elecciones del 21-D.