El Gobierno cree que el PSOE apoyará los presupuestos en la recta final en junio

El Gobierno cree que el PSOE apoyará los presupuestos en la recta final en junio
Mariano Rajoy en su escaño en el Congreso (EFE)
  • S. Fernández, N. Val y L. Sela

El Gobierno no descarta que el PSOE acabe sumándose a la aprobación de los Presupuestos, en su último trámite.

El apoyo de los socialistas no sería determinante, una vez que en el Ejecutivo se da por hecho el apoyo de PNV y Coalición Canaria y se negocia en los últimos días el último voto del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo. 

Esa suma -176 escaños- es ya suficiente para que las cuentas salgan adelante. No obstante, contar con el principal partido de la oposición tiene para el Gobierno una función estratégica: trasladar la imagen de una cierta solidez parlamentaria ante el rechazo frontal de Podemos y los «vaivenes» que en las últimas semanas han recibido de su socio de investidura, Ciudadanos. 

De acuerdo al calendario que maneja Montoro, las cuentas verán la luz en torno al próximo 20 de junio. Por entonces, el PSOE ya contará con una dirección renovada, un asunto decisivo en las futuras relaciones parlamentarias y el entendimiento con el Ejecutivo.

En fuentes gubernamentales, se asume desde hace tiempo que no habrá nada que hacer si Pedro Sánchez es elegido nuevo secretario general porque, con el ‘no es no’ a Rajoy como principal argumento político, bloqueará de forma sistemática cualquier posibilidad de acuerdo y acercará la convocatoria de unas elecciones anticipadas.

Otra cosa es, sostienen tanto en Moncloa como en el PP, que sea Susana Díaz la que tome las riendas del socialismo. Rajoy ve entonces posible establecer puentes de diálogo. Quizás, hasta agotar la legislatura. Con ella al frente, se sostiene en círculos populares, el PSOE retomaría poco a poco la normalidad, y el «sentido de la responsabilidad» imperaría en el partido.

Apoyo de parte del grupo parlamentario

El apoyo del PSOE, asumen también en el Gobierno, no será un respaldo completo. Para empezar, porque los diputados que aún apoyan a Sánchez están muy condicionados por la postura de su líder. La escenificación vendría así de una parte del grupo parlamentario, bien sea mediante el ‘sí’ o la abstención.

Pero la fotografía sería suficiente para que el Gobierno pudiese confiar en las opciones de sacar la legislatura adelante. La votación del decreto de los estibadores, el pasado jueves, fue para Rajoy la confirmación de su soledad parlamentaria y de que no dispone de socios fiables. Por eso, en las actuales circunstancias, el apoyo del PSOE es un valor al alza. De hecho, el presidente del Gobierno siempre fue partidario de que los Presupuestos llegasen al Congreso, aunque no se contase con los apoyos para sacarlos adelante. Lo contrario sería una muestra de debilidad frente a los ciudadanos. Y también frente a Europa.

Que el PSOE «se cuelgue medallas»

En el Gobierno se asume que cualquier apoyo socialista no será a cambio de nada. De hecho, el Ejecutivo está dispuesto a dejar que el PSOE «se cuelgue la medalla», incluyendo algunas de sus principales propuestas de programa, como ya ocurrió en las negociaciones sobre la subida del salario mínimo. En Moncloa se juega además con que a los socialistas no les interesará ir tan pronto a unas elecciones porque, aunque tengan nuevo líder, su proceso de reconstrucción llevará aún varios meses.

Así las cosas, la estrategia, hasta que el PSOE no haya celebrado sus primarias, es «guardar las distancias». No habrá presiones a los socialistas porque se asume que «hoy por hoy, no se les puede pedir nada». Los mensajes que han intercambiado los respectivos grupos parlamentarios van en la misma línea. En el PSOE no existen «interlocutores válidos», confirman desde el PP. Y no los habrá hasta que se celebren esas primarias.

Desde el PSOE, por su parte, se emplaza a recuperar a partir de entonces las conversaciones. De los próximos Presupuestos y también de los de 2018, prioridad absoluta para Rajoy. A finales de junio, apenas una semana después de que las cuentas salgan del Congreso, el Gobierno debe aprobar el nuevo techo de gasto para cumplir con Bruselas. Otra reválida más para las relaciones entre ambos partidos, y una muestra del compromiso, o no, del PSOE con la estabilidad de la legislatura.

Negociación con Quevedo

Entre tanto, los socialistas se escudan en la próxima negociación entre el Gobierno y el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que ya ha admitido que está dispuesto a «dejarse querer». Sin ir más lejos, Quevedo confirmó este mismo lunes que se ve en la «obligación» de hablar con el PP para intentar que haya unos nuevos Presupuestos.

Su voto es suficiente para el Ejecutivo y en fuentes socialistas se admite también que el diputado canario les salva por ahora del compromiso de posicionarse públicamente. Algo que no interesa a ninguno de los aspirantes a las primarias.

 

 

 

 

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