C’s en pie de guerra porque el PP les ha apartado de las negociaciones de los Presupuestos

C’s en pie de guerra porque el PP les ha apartado de las negociaciones de los Presupuestos
Cristobal Montoro, ministro de Hacienda (Foto: EFE)

Mariano Rajoy siempre quiso que la actual legislatura fuese la de un gran gobierno de coalición, estable y fiable de cara a Europa, y ese pasaba por un pacto entre PP y PSOE.

No se logró de cara a la investidura. Pero los primeros movimientos del Ejecutivo ya dieron pistas: el PP llegó con el PSOE a acuerdos clave sobre los objetivos de déficit y con los socialistas pactó algunas medidas especialmente visibles, como la de la subida del salario mínimo.

Ahora, el Gobierno sigue decidido a evidenciar que su socio preferente es el PSOE. Con este partido quiere acordar los próximos Presupuestos Generales, y en ese estadio se encuentran ahora las negociaciones. Tanto, que el Ejecutivo apenas ha tanteado a Ciudadanos, pieza clave en la investidura. La negociación, señalan fuentes de la formación ‘naranja’ a OKDIARIO, se reduce a conversaciones informales, de pasillo, y nivel ‘bajo’. Poco que ver con la que desde hace semanas emplea al propio Mariano Rajoy con Javier Fernández, o a Cristóbal Montoro con el equipo económico de la Gestora. La estrategia sirve en bandeja al PSOE enarbolar la bandera de oposición útil con la que defender su plaza frente a Podemos, y deja claras las preferencias del propio líder del PP.

Aunque la postura del Gobierno es «hablar con todos», desde Ciudadanos se admiten «completamente apartados». Distintos dirigentes coinciden en el malestar, que empieza a ser la tónica habitual de las relaciones con el Ejecutivo. «No nos han presentado ni siquiera el borrador, dudamos de que esté listo», opinan. Ello, pese a que ambos partidos deben negociar cómo se las 150 medidas del acuerdo suscrito en agosto y su límite presupuestario. Una negociación que empleará varias semanas.

La intención de Montoro era que ese proyecto estuviese ultimado en la última semana de enero o primera de febrero. La de Rajoy, que los Presupuestos entren en el Congreso en marzo. Pero el propio ministro de Hacienda fue ya lo bastante explícito hace unas semanas, cuando afirmó que «siempre va a ser preferible tener más holgura». Un desplante en toda regla a Ciudadanos, y la confirmación de que el Gobierno quiere que los consensos sean con el PSOE.

Y no solo en Presupuestos. Ya en su investidura, Rajoy marcó con claridad sus pretensiones. Grandes acuerdos de Estado en educación, pensiones, empleo, energía, I+D+i, financiación autonómica, lucha contra la violencia de género y unidad de España. Todos, con el PSOE. «Es preferible entendernos con los que suman y no el voto marginal», añadió Montoro.

Ello, pese a que la aritmética con Ciudadanos más PNV y Coalición Canaria no es desdeñable. De entrada, esa suma permitiría al Gobierno burlar la enmienda a la totalidad que avanzan los socialistas.

Entre los de Rivera asumen ya que el Gobierno no presentará las Cuentas hasta que no tenga cerrado un acuerdo atado con el PSOE. Un pacto de gran alcance, por el que los socialistas se comprometerían a apoyar los PGE-vía abstención- a cambio de una negociación flexible de las enmiendas. Ello les permitiría presentar sus logros en políticas sociales, pactando la inclusión de algunas de sus medidas clave de programa. Desde el PP están dispuestos. «Las Cuentas llegarán al Congreso con un apoyo aseguradísimo», consideran desde el grupo parlamentario del PP.

Tensión en la negociación con el PSOE

Esa disposición no evita que las conversaciones atraviesen sus altibajos. Y que el momento actual sea especialmente delicado. La razón, como ha podido saber OKDIARIO, sería la negativa del partido del Gobierno a aceptar la exigencia del PSOE-trasladada esta misma semana- de que se incorpore una renta mínima de inserción con un coste anual de 11.000 millones de euros, lo que equivaldría al 1,1% del Producto Interior Bruto (PIB).

Según fuentes de la negociación, la exigencia ha dejado descolocado al PP, ya que el proyecto deja poco margen para incorporar nuevas partidas de gasto y mucho menos de esa cuantía. De hecho, si así fuese, no sería posible cumplir con el techo de gasto-aprobado precisamente con los votos del propio PSOE- ni con el objetivo de déficit público comprometido con Bruselas (del 3,1% del PIB al cierre de 2017).

En filas populares se admite la disposición a seguir las conversaciones y a ser flexibles, aunque se deja también claro que únicamente se podrá negociar en torno a un 20 por ciento del gasto. «El 80 por ciento restante está ya comprometido», advierten, en sanidad, educación, pensiones, intereses de deuda y prestaciones por desempleo.

Presión a los barones

El órdago socialista ha añadido cierto pesimismo a las negociaciones, que desde el Gobierno confiaban en tener ya encauzadas a finales de este mes. No obstante, existe margen, confían los populares que esperaban ya una negociación compleja y no exenta de dramatismos. El razonamiento es de cajón: sin Presupuestos, no habrá anticipos ni repartos millonarios de liquidaciones a las comunidades autónomas. La presión, por tanto, se dirige a instigar un movimiento interno en el PSOE liderado por los barones con obligaciones de gobierno.

Ese, y no tanto un posible adelanto electoral, es el auténtico factor que puede desencallar las negociaciones. No obstante, Rajoy no descarta convocar elecciones a partir de mayo si no tiene los Presupuestos aprobados. Un adelanto que sería de nuevo letal para un PSOE sin líder, y sin candidato.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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