Aznar pide a Rajoy que «tome nota» del NO de los colombianos al acuerdo del Gobierno con las FARC

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José María Aznar. (Foto: AFP)

Era una posición difícil. Mantener el equilibrio entre la firmeza contra los terroristas tradicional de su propia política y, al tiempo, apoyar a un Gobierno amigo en una iniciativa tan sensible como la de acabar con más de 50 años soportando a unos terroristas sanguinarios y multimillonarios gracias al narcotráfico. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, heredero de las políticas anti ETA basadas en la inflexibilidad y en la lucha policial contra su crimen organizado de su antecesor, José María Aznar, no podía mostrarse abiertamente favorable al acuerdo de Juan Manuel Santos con las autoproclamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), porque ese texto les otorgaba impunidad, dinero y representatividad política. Era contradictorio consigo mismo y traicionero con su tradicional aliado político en Colombia, el ex presidente Álvaro Uribe, líder del opositor Centro Democrático (CD). De modo que adoptó una postura equilibrada entre apoyar «los esfuerzos» por la paz de Santos y no mostrarse políticamente implicado en ellos. Ahora, Aznar le ha recordado a su sucesor al frente del PP que los colombianos dijeron NO, y que el uribismo espera un gesto desde Moncloa.

El ex presidente Aznar ha incluido en su exhorto al nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, reclamando que el Gobierno español «tome nota» del triunfo del NO en el plebiscito del 2 de octubre. «Ha sido un ejercicio de liderazgo verdaderamente importante», ha destacado el ex líder popular, en un foro celebrado en Casa de América y organizado por el Instituto Atlántico de Gobierno al que también han asistido los ex presidentes colombianos Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, máximos portavoces de la campaña del NO.

El ex mandatario español ha criticado el apoyo casi unánime de la comunidad internacional a los textos acordados bajo el patrocinio de la dictadura castrista en La Habana. En concreto, ha reprochado a algunos dirigentes, cuyo nombre no ha especificado, que usen a ciertos países como «territorio para experimentos» que nunca aceptarían para sus Estados.

«La pregunta capital es ‘¿yo aceptaría para mi país en circunstancias parecidas, o para alguna de las circunstancias parecidas, los acuerdos de Colombia, por ejemplo, en materia antiterrorismo, los términos de esos acuerdos?’ La respuesta es no», ha sostenido.

También ha subrayado la falta de «consecuencias políticas» que ha tenido la derrota del SÍ para sus defensores. «¿Yo aceptaría en mi país que se produjese un plebiscito, que el plebiscito produjese unos resultados y que no se produjesen consecuencias políticas?», ha planteado.

A este respecto, ha puesto como ejemplo a España. «Imaginemos que en España hay un referéndum por una reforma constitucional, que hay un gobierno que promueve ese referéndum. Imaginemos que se vota. Imaginemos que sale que no se acepta la reforma propuesta por el gobierno ¿nosotros podemos aceptar que eso no produce consecuencias políticas ni en las personas ni en las políticas?», ha cuestionado.

Aznar ha alertado de que «cuando se decide que, pese a lo que decide la mayoría, se va a seguir adelante sin tener el apoyo de la mayoría, eso puede tener consecuencias muy graves porque a eso se puede apuntar cualquiera para hacer cualquier cosa». «Es un riesgo democrático», ha apostillado.

Reformar el acuerdo con la narcoguerrilla

Por ello, ha instado «a eso que se llama la comunidad internacional, que ha hecho una apuesta política y se ha olvidado de que había algo llamado pueblo colombiano, que obviamente quiere la paz, pero con otras condiciones», a que «tome conciencia de que la mayoría de los colombianos quiere unas reformas sustantivas» del acuerdo de paz.

Entre la comunidad internacional ha mencionado a España. «Yo espero que el presidente del Gobierno, espero que mi buen e inteligente amigo el ministro de Exteriores, tomen nota de estas circunstancias», ha pedido, si bien se ha mostrado consciente de que Dastis «acaba de llegar». «No le quiero agobiar», ha bromeado.

Lo contrario, ignorar que los colombianos han reclamado en las urnas una modificación del acuerdo de paz con las FARC, sería «absolutamente insólito» y tendría «unas consecuencias políticas devastadoras», ha considerado.

En ese equlibrio que tuvo que mantener el Gobierno de Rajoy, se decidióq que no fuera él a la firma en Cartagena de Indias ni siquiera que lo hiciera el Rey Felipe. Su padre, el rey emérito Juan Carlos fue la figura que representó a España en el acto de la firma del acuerdo de paz el pasado 26 de septiembre que sirvió para que la comunidad internacional escenificara su apoyo al proceso impulsado por el presidente Juan Manuel Santos, si bien se celebró antes de que el pueblo colombiano votara, interfiriendo en plena campaña.

El envío de una delegación española de máximo nivel fue objeto de discusión por parte del Gobierno y la Casa del Rey. El entonces jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, se mostró partidario de enviar al Rey Felipe VI, dado que Rajoy no iba a poder asistir por coincidir el acto con el día después de las elecciones vascas y gallegas.

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