Sánchez liderará una facción a la izquierda de la actual dirección del PSOE e irá a primarias

El ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, está dispuesto a liderar una corriente en la izquierda del partido. En el entorno próximo al dimitido líder, dan por hecho que Sánchez presentará su candidatura en el congreso que, en los próximos meses, habrá de renovar la dirección socialista.

Su estrategia, hasta entonces, pasa por reforzarse como referente en el rechazo a la investidura de Rajoy y, sobre todo, evitar caer en el olvido de la militancia.

En su despedida, el pasado 1 de octubre, Sánchez se declaró dispuesto a ser «leal» a la gestora. Todos los hechos, desde entonces, evidencian que aquella promesa no fue más que una postura de trámite para diseñar su órdago definitivo de los próximos meses: agitar a las bases, desafiar a la actual dirección y confirmarse de nuevo como aspirante. De los dos primeros objetivos se encarga su sector de fieles ‘pedristas’, como la diputada aragonesa Susana Sumelzo, hoy por hoy una de las más firmes defensoras del ‘no’ a Rajoy. Hasta una veintena de diputados podrían declararse en desobediencia con la resolución del Comité y votar este sábado en contra de la investidura del aspirante del PP.

Desaparecido de la primera línea política hasta este miércoles –con un ‘tour’ por EEUU de por medio–, Sánchez está dispuesto a aprovechar la incertidumbre que la abstención ha provocado en el partido para reivindicarse como el líder de la auténtica izquierda.

Por el momento, la incógnita está en qué hará en la votación del sábado. «Mañana votaré a ‘no’ a Rajoy», dijo este miércoles «pero el sábado será otro día», añadió, sembrando las dudas. Pocos, o ninguno, confía en que cumpla con el mandato del Comité Federal.

¿Qué pasará después? La gestora habrá de decidir qué hacer con los díscolos. Una decisión que habrá de ser debatida en un nuevo Comité Federal y que, de acuerdo al reglamento, podrían pasar por la sanción económica o la expulsión.

En ese caso, los diputados pasarían a integrarse en el Grupo Mixto, lo que permitiría a Sánchez reafirmar su liderazgo dentro de una facción de rebeldes socialistas, al margen incluso del grupo parlamentario. Un desafío sin precedentes y que agranda aún más la herida en un grupo profundamente dividido.

Otra pieza de la operación es Izquierda Socialista. Según ha podido saber OKDIARIO, la corriente liderada en su día por José Antonio Pérez Tapias –quien fuera rival del propio Sánchez en las primarias por la Secretaría general– está dispuesta a ‘acoger’ en su seno a los díscolos con la gestora.

Este sector, que defiende un ‘no’ rotundo a la investidura de Rajoy y que en su día apostó también por un acuerdo con Podemos, ha ofrecido su paraguas a aquellos diputados que no quieren cumplir con la disciplina de voto. Recientemente, sus miembros se unieron a la recogida de firmas emprendida por el alcalde de Jun para forzar la convocatoria inmediata de un congreso con primarias.

No dejará pasar mucho tiempo

Quienes le conocen están convencidos de que Sánchez no dejará pasar mucho tiempo para confirmar estas aspiraciones. Su aparición, este miércoles en el Congreso, se interpretó como un golpe táctico para preparar esa estrategia. Su ausencia del Pleno del sábado se interpretaría como una abstención, lo que no dejaría de resultar paradójico.

Una de las claves para el futuro socialista estará en la convocatoria del congreso, pendiente desde que, en marzo, la propia Ejecutiva ‘pedrista’ decidiese aplazarlo ‘sine die’ hasta la formación de un nuevo Gobierno.

La sospecha del ex secretario general y su entorno es que también la gestora tratará de aplazarlo al máximo. En ese caso, el tiempo podría jugar en contra de Sánchez y a favor de nuevos candidatos.