Pablo Iglesias persevera en un discurso repleto de evasivas a un mes del 20D

Pablo Iglesias insiste tanto en su perfil socialdemócrata que cuando habla del 15M lo hace con la brevedad y distancia de quien casi no hubiera pasado por allí: «Se nos nota la responsabilidad pero seguimos siendo representativos de aquel movimiento». Hoy, en el foro ‘La España Necesaria’ del diario ElMundo, ha ofrecido muchas más generalidades que medidas concretas de cara a una hipotética Presidencia pero, sobre todo, estaba muy atento para no cambiar la pose de hombre tranquilo que aspira al hueco electoral del PSOE. En definitiva, al actual Pablo Iglesias le separa una gran distancia de aquel que entró como un torbellino en la escena política española.

A la pregunta de Okdiario sobre sus medidas para atraer inversores internacionales, claves para salir de la crisis, ha mostrado todo un catálogo de evasivas: «Es fundamental que vengan esos inversores y para ello necesitamos ciudades sostenibles y limpias». Cuando el moderador del evento, el periodista Francisco Rosell, ha insistido al hilo de nuestra pregunta sobre si «Carmena y Colau conseguirán más inversores internacionales al final de la legislatura», Iglesias ha zanjado el tema sin aportar ni una sola medida con un sucinto «conseguirán que Madrid y Barcelona sean mejores ciudades».

El secretario general de la fuerza populista, que se comprometió a acabar con el «régimen» de la Transición, da ahora por bueno el proceso hasta el punto de calificarlo como «un éxito» pese a algunas «limitaciones». A su juicio, «las élites políticas y económicas han convertido en papel mojado el acuerdo del 78», un «espíritu» que se propone «recuperar frente al inmovilismo».

Uno de los males del sistema, ha continuado el ex eurodiputado, acompañado esta vez por Teresa Rodríguez o Carolina Bescansa, es la «corrupción legal» de las conocidas como puertas giratorias: «Vemos con estupor que la silla (en Telefónica) que dejó (Rodrigo) Rato la va a ocupar Trinidad Jiménez».

Iglesias no habla con tanta soltura al ser preguntado por Venezuela, cuestión que ha tratado de esquivar con respuestas como que «muchos hablan» de ese país «porque no quieren hablar de lo que pasa aquí» o que le «preocupa» que Mariano Rajoy le dé la mano a los mandatarios de Arabia Saudí.

El hartazgo de Carmena

En relación con el cansancio de Manuela Carmena, que afirma sentirse «desbordada» en un libro de Maruja Torres, el aspirante a La Moncloa la ve «en plena forma» y con empuje para completar la legislatura.

La guerra contra el Estado Islámico (ISIS) ha sido otro de los temas tratados. Desde su punto de vista, parte de la solución pasa por cortar la venta de armas a países que no respeten los Derechos Humanos, embargar el tráfico de petróleo allí donde se abastecen los terroristas o acabar con el secreto bancario para detectar fuentes de financiación.

Iglesias ha recordado la foto de las Azores, con José María Aznar o Tony Blair, para criticar acciones como la llevada a cabo por Francia en Siria especialmente en los últimos días. El número 1 de Podemos convocaría un referéndum para conocer la opinión de los españoles antes de embarcarse en un conflicto, misma medida que aplicaría con otras crisis como la catalana.

No obstante, José María Aznar no ha sido el único ex presidente del Gobierno al que se ha referido el líder de la formación morada: «Felipe González debería ser más respetuoso consigo mismo y con lo que representa como figura histórica. La decrepitud no es algo físico sino moral», ha asegurado como respuesta a las palabras del González que había catalogado a Podemos como «avance del populismo y la antipolítica».

Pablo Iglesias sólo ha sido incisivo a la hora de defenderse. En cuanto a las medias de un partido que puede gobernar, la sensación ha sido vacua. Como si hubiera muchas más consignas y mantras que ideas y medidas concretas que trasladar a la ciudadanía.