Economía
GOBIERNO DE COALICIÓN

Yolanda Díaz exigirá hacer permanente el impuestazo a la banca para dar su apoyo a los presupuestos

Sumar pedirá también la limitación del pago de dividendos y la prohibición de recompra de acciones al Banco Central Europeo.

  • Patricia Sanz
  • Abogado, periodista y máster tributario de Garrigues. Antes, asesora fiscal por Luxemburgo y España, ahora, redactora jefe de Economía de OKDIARIO.

Yolanda Díaz exigirá a Pedro Sánchez hacer permanente el impuestazo a la banca para dar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el presente ejercicio de 2024. Así lo ha trasladado este martes en rueda prensa posterior al Consejo de Ministros, Carlos Martín Urriza, presidente de la Comisión de Presupuestos y portavoz de Economía y Hacienda del grupo parlamentario Sumar en el Congreso, quien entiende que apoyar esta medida sería «lo óptimo» dentro del Gobierno de coalición.

De igual forma, Martín Urriza ha comunicado que su grupo presentará al Banco Central Europeo una solicitud para limitar el pago de dividendos, así como la prohibición de la recompra de acciones con el objeto de que «no se reduzca la posibilidad de que (las entidades bancarias) concedan créditos».

Asimismo, es pretensión de Sumar que los bancos aumenten la reserva obligatoria no remunerada, ahora en el 1% de las reservas de los bancos. En su opinión, «esto rebajaría la transferencia que se le hace desde los bancos centrales» a los bancos, en favor de más presupuesto «para los tesoros públicos».

Además, Sumar pedirá al BCE que «baje los tipos de interés» pues, en su opinión, la inflación se encuentra ya «en unos niveles tanto en España como en la Eurozona próxima al 2% y con tendencia a la baja». Según el político comunista, «la inflación tiene origen en la oferta, para lo cual la política monetaria es poco efectiva».

Impuesto a la banca, ¿permanente?

Sumar pretende que el gravamen extraordinario a la banca se convierta en permanente. También, en un futuro, que sea aumentado. Una petición que va en línea con la iniciativa que el grupo de Yolanda Díaz presentó la semana pasada en la Cámara Alta para elevar el tipo del gravamen especial a la banca del 4,89 al 10% para gravar con un 75% los márgenes por intereses y comisiones que superen los registrados en 2022.

Así las cosas, la intención del nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo por defender a la banca cae en saco roto. El sector comunista gana peso frente al socialista, a pesar de que el propio ministro trasladó al sector su intención de ser el «contrapeso» a los ataques de Yolanda Díaz.

En consecuencia, el tanteo de Cuerpo al sector para modificar el impuestazo ante el varapalo de haberlo prorrogado durante otro ejercicio más sobre los dos previstos de forma inicial, no servirá para nada. De hecho, el sucesor de Calviño se vio obligado a recular a finales del pasado mes de enero. Cuerpo aseveró en una entrevista a TVE que su Gobierno «estudia de forma continuada todas las figuras» y que verían la evolución de «las distintas figuras tributarias». Por tanto, el Ejecutivo no lo eliminará.

El Gobierno ha visto la gallina de los huevos de oro con la banca. Sólo en 2023, Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell y Bankinter ganaron algo más de 26.000 millones de euros en 2023, un 26% más respecto a 2022, lo que se traduce según las propias entidades bancarias, en una elevación de la recaudación por el impuestazo a la banca en algo más de 400 millones.

Sólo entre los cinco grandes grupos, el Estado ingresará este año unos 1.410 millones de euros por el impuesto extraordinario. Si a dichos bancos se suma lo recaudado por Unicaja, Abanca, Kutxabank, Ibercaja, Cajamar y la francesa BNP, la cifra escalará entre 250 millones y 265 millones adicionales. Es decir, el abono total podría superar los 1.650 millones de euros, un 30% por encima de los 1.260 millones del ejercicio anterior.

El gravamen se paga en dos partes: una primera a cuenta, en febrero, y la segunda en septiembre. Cada uno de los abonos es por la mitad del desembolso completo estimado. Así, se realiza lo que se conoce como un pago adelantado que puede revisarse más adelante, una vez que las empresas aprueban sus cuentas definitivas y pueden llevar acometer revisiones sobre el gasto inicialmente previsto para el tributo que todo apunta a que dejará de ser temporal este mismo año.