OPINIÓN

Wall Street: ¡entre el alivio y la esperanza!

Las grandes gestoras echan el freno con los criterios ESG.
Las grandes gestoras echan el freno con los criterios ESG.

“Un trader debe entrar espontáneamente en la zona. Esto significa creer en un resultado incierto, pero con ventaja a su favor”. Mark Douglas.

Cada vez que Mr. Market se somete a un proceso bajista, de manera casi automática recuerdo aquella anécdota de la excelsa tenista de los años 90; Jana Novotná y esa súper final de Wimbledon en 1993 contra Steffi Graf. Ese año, probablemente el mejor año en la carrera de Novotná, llegó a la final arrasando por el torneo y siendo la clara favorita al título ante la fina campeona alemana. Tras perder el primer set en un tie break brutal, Jana sacó a relucir su mejor tenis barriendo literalmente a la Srta. Graf, con un 6-1 que dejaba el partido en empate, pero claramente decantado hacia la tenista checa.

Años después, Novotná explicaba que después de llevarse por 6-1 el set, dejó de pensar en cada golpe y se centró en imaginar que al fin podría comprar una casa a sus padres y poder traer la alegría a Brno. Fue entonces cuando perdió su gran final señores, justo en el momento en que se dejó arrastrar por sus emociones, justo cuando dejó de comportarse como la gran profesional que era. Ese momento que descuidó, se conoce como estar en “la zona”, un punto de concentración magnífico que define por sí mismo al éxito profesional de las personas que no dejan que sus emociones perturben sus objetivos, sus metas y la ejecución de sus acciones en un momento dado, y por ende en su camino hacia la victoria.

El trading profesional, es probablemente fuera del ámbito del deporte de élite, uno de los trabajos más exigentes sobre el campo emocional que existe, principalmente por tener que combatir constantemente nuestras emociones, llegando a un punto de concentración de “zona” que nos exige muchísima disciplina para no dejar que la multitud y su comportamiento termine por contagiarnos con sus conductas gregarias. Y es que en el trading estamos en constante desarrollo personal, puesto que cada ganancia es una oportunidad para superar la codicia y el exceso de confianza.

Mi querido trading por lo tanto, es una maratón, no un sprint. Los ganadores dosifican el ritmo y emocionarse con los beneficios de una operación es el primer paso para el absoluto pánico cuando esas ganancias se vean amenazadas. Aceptar el riesgo significa aceptar las consecuencias de nuestras operaciones sin malestar emocional o miedo, puesto que las operaciones perdedoras y sus periodos de pérdidas (drawdown), son fundamentales para desarrollar nuestra resistencia mental y nuestra confianza emocional.

La pasada semana, mi querido Mr. Market decidió levantar el vuelo en medio de la mayor subida de tipos de interés en la UE del siglo XXI y tras una publicación de resultados mixta, en la que destaca la vulnerabilidad del sector bancario americano y la subida de impuestos, otra más por cierto, para mi sector en la España “impositiva” del paupérrimo Sanchismo. Sin embargo, por más que las condiciones macroeconómicas sigan denotando vulnerabilidad, la apertura del gasoducto ruso Nord Stream 1 y los resultados de Tesla han animado a los alcistas a tomar el control del mercado en el corto plazo, dejando ya para el olvido las penurias que han tumbado los índices entorno a un -30%.

Sin embargo, les adelanto que un trader profesional debe evitar que su mente asocie el momento actual del mercado con el movimiento de mercado reciente, puesto que el alivio y esperanza que los inversores aterrorizados hace apenas un mes estaban sintiendo, es un claro reflejo emocional típico que todo mercado bajista contiene. Muchos son los inversores que, sin saberlo, deshicieron posiciones sin más argumento que el pánico y que ahora, tras subidas del 10%, retomarán sus compras en un punto en el que Mr. Market decidirá si lo que hemos visto formará parte sólo del recuerdo, o simplemente será el principio del fin.

Como responsable de Blackbird Bank, he venido insistiendo abiertamente sobre la opinión formada que tenemos acerca de que la pauta triangular sobre la que venían cotizando los índices era propicia para la anticipación de un rebote, que por ahora debemos considerar meramente como lo que es; esa fase del alivio y esperanza dentro del encuadre de un mercado bajista. Y oigan, no se trata de hacer la predicción como santo y seña de nuestro trading, pues al fin y al cabo, los traders profesionales no tratamos de llevar razón o de evitar estar equivocados.

Más bien lejos de pretender demostrar nada, lo único que nos importa y ocupa es ser rígidos con nuestras reglas y flexibles con nuestras expectativas. (Satisfacción = percepción – expectativas) no lo olviden. Dicho esto, el mercado es bajista señores, y únicamente con el NASDAQ100 por encima de los 14.000 puntos podríamos empezar a plantearnos un giro realista del mercado. Cualquier otra cosa, es no haber entendido todavía de qué va la película, y por ahora la película es más un slasher que una comedia romántica.

Voy a ser muy clara, como trader aprendí a la fuerza a entrar espontáneamente en “la zona”, aprendí a creer que un resultado incierto simplemente es una ventaja a mi favor y que la única verdad que debe importarme en el mercado es el aquí y ahora, y por supuesto qué hago con él. ¿Resumiendo? cómo me posiciono y qué riesgos estoy dispuesta a aceptar. Y como comprenderán, lejos de refugiarme en el miedo y siendo siempre fiel a mi estilo, he aprovechado estas semanas para incrementar las posiciones de riesgo en mesa hasta el 75% de las carteras, planteando un hipotético rebote que en caso de anularse se llevará un -2% máximo de capital, y en caso de superarse me mantendrá dentro del mercado con un nivel de riesgo suficientemente ambicioso como para poder disfrutar de la tormenta al margen de jergas, debates y conjeturas predictivas que simplemente me aburrían, aburren, y apuesto aburrirán.

Gisela Turazzini, Blackbird Bank Owner Founder CEO.

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