La Unión Europea sigue a EEUU y China y dispara un 40% sus medidas proteccionistas
En 2023, la Comisión Europea ya había implantado 182 medidas proteccionistas
La Unión Europea (UE) apuesta por el proteccionismo y dispara sus normas sobre «defensa comercial» un 40% en comparación con los niveles de 2018, algo que muestra una crisis del globalismo. Con esto, Europa sigue el camino marcado por Estados Unidos y China, que ya tomaron esa senda hace tiempo. Así, la guerra comercial con el gigante asiático no ha sido la única cuestión que ha provocado que las autoridades comunitarias se preocuparan por la legislación sobre las transacciones con el exterior.
En 2023, la Comisión Europea ya había implantado 182 medidas en este sentido frente a las 133 de 2018. Así lo revela el informe sobre las actividades de defensa comercial de la UE elaborado por las autoridades europeas.
En concreto, de las 182 medidas proteccionistas que se implementaron hasta finales del año pasado, 156 fueron antidumping, 25 fueron compensatorias y una fue de salvaguardia. De hecho, en 2023 se iniciaron el doble de nuevas investigaciones que en 2022.
El Gobierno comunitario valora esta deriva proteccionista de forma positiva: «las herramientas de defensa comercial desempeñan un papel vital en la protección del empleo en la UE al promover la justicia y la igualdad de condiciones».
Proteccionismo en la UE
Es más, la Comisión Europea no reconoce que sus políticas hayan virado hacia posiciones más proteccionistas, sino que afirma que estas circunstancias se dan por culpa de la situación del comercio internacional: «Este aumento significativo de la actividad subraya la determinación de la Comisión de abordar con firmeza el creciente número de casos de comercio desleal».
Sin embargo, esta deriva acerca al mundo a una crisis del globalismo, pues este tipo de legislaciones ya han sido implementadas en otros importantes bloques geopolíticos como en Estados Unidos o China. En el caso americano, el ex presidente Donald Trump fue uno de los pioneros a la hora de comenzar a tratar estos temas. Sin embargo, el mandato de Joe Biden ha seguido la misma senda y no ha derogado las medidas de su antecesor.
La UE, por su parte, considera que estas políticas están siendo positivas en su territorio: «El número de puestos de trabajo protegidos en la UE por estas medidas ha aumentado drásticamente, de 365.000 en 2018 a casi 500.000 empleos directos a finales de 2023. Los sectores industriales defendidos por las medidas vigentes incluyen sectores estratégicos como la energía eólica, el acristalamiento solar y la fibra óptica; estos son esenciales para las transiciones ecológica y digital de la UE».
Además, la Comisión considera que los beneficios redundan en el grueso de la población, pues los pequeños empresarios también salen ganando: «También se incluyen muchos sectores caracterizados por una presencia significativa de pequeñas y medianas empresas (la cerámica, por ejemplo), que son particularmente vulnerables a prácticas comerciales desleales».
El vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, ha valorado estos datos de la siguiente forma: «Defender la industria de la UE contra prácticas comerciales desleales y garantizar la igualdad de condiciones es esencial para la competitividad de la UE. A pesar de las tensiones geopolíticas y los desafíos más amplios, la UE sigue siendo uno de los mercados más abiertos del mundo. Sin embargo, esta apertura no debe darse por sentada. No dudaremos en tomar medidas cuando el comercio basado en normas se vea comprometido. El importante aumento de nuestras actividades de defensa comercial durante este mandato es prueba de ello».
Por tanto, las autoridades europeas consideran que las medidas tomadas no comprometen el carácter global de la Unión, sino que responden a un contexto internacional en el que es necesario actuar de esta forma para garantizar la posición estratégica del bloque.
El caso que mejor ejemplifica el aumento del proteccionismo europeo es el del conflicto con el país que dirige Xi Jinping. Desde principios de julio, Bruselas ha impuesto tarifas de hasta el 38,1% a los automóviles eléctricos de batería importados desde China, como medida provisional de defensa comercial.
Este arancel se suma al 10% ya aplicado a las importaciones de vehículos en la Unión Europea. La medida podría convertirse en permanente si no se forma una mayoría suficiente de países miembros que la bloqueen en una votación futura.
Según China, la UE ha introducido 31 restricciones comerciales y de inversión contra China, incluidas 25 medidas comerciales correctivas, además de iniciar una investigación sobre el Reglamento de Subvenciones Extranjeras (FSR) y una investigación sobre el Instrumento de Adquisiciones Internacionales (IPI) contra su país, que interfirieron gravemente con la cooperación económica y comercial entre ambos bloques.
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