La teoría de la fusión de Indra y Telefónica frente al gran conglomerado de defensa
El gran problema es el futuro de Minsait, que Indra quiere vender y Telefónica no quiere comprar


En España nos encanta inventar teorías, y más aún si son conspiranoicas. La que ha hecho fortuna en las últimas semanas tiene una base de lo más sorprendente: el Gobierno ha tomado el control de Telefónica para fusionarla con Indra porque… la SEPI está presente en el capital de ambas. Sí, hay gente que difunde esta teoría y medios que la publican. Algunos lo han bautizado «Indrafónica», échale coraje al toro. De hecho, hay quien se ha preguntado que, si no es para eso, ¿para qué ha entrado el Gobierno en Telefónica?
En fin, la diferencia de tamaño y de relevancia entre las dos empresas es tan obvia que no merece ni comentarse. Y el poder que otorga el control de Telefónica es de sobra conocido desde la privatización de la operadora. Máxime en un mundo donde la tecnología es la clave de todo, máxime en el amanecer de la inteligencia artificial. Por no hablar de los contenidos, del fútbol, etc. Y, por supuesto, el control de la publicidad del sexto mayor anunciante de España, dentro de la campaña del Gobierno de regar a los medios afines y castigar a los críticos.
Así que no, Indra y Telefónica no se van a fusionar. No tendría ningún sentido, ni industrial, ni estratégico, ni nada de nada. ¿Dónde estarían las sinergias?
El polo de defensa
Lo que sí tiene sentido, porque lleva dando vueltas desde las privatizaciones de Aznar, es la creación de un polo industrial de defensa español para competir con los grandes conglomerados europeos del que ya les hemos hablado aquí. Este polo siempre ha pivotado alrededor de Indra y en él podrían integrarse ITP Aero (controlado por SAPA Placencia, accionista de Indra), la parte de sistemas de Navantia y ahora también, Hispasat tras su traspaso de Red Eléctrica a Indra por 725 millones del ala.
Faltan muchos flecos para ello y hay cosas que chirrían, porque sólo tiene sentido la parte militar de Hispasat (Hisdesat) en esta operación, pero no la civil. Para apuntalar esta tesis, esta semana Indra ha fichado a dos tenientes generales, Fernando García y García de las Hijas y Francisco González-Espresati Amián. No obstante, otras fuentes aseguran que estos fichajes no tienen nada que ver con el proyecto y que se trata de colocar a «amiguetes».
También hay observadores que consideran que va a ser muy difícil que un Gobierno tan tocado como el de Pedro Sánchez pueda llevar a cabo lo que no han conseguido todos sus predecesores. Pero también hemos visto que este hombre es capaz de todo si considera que le beneficia para seguir en Moncloa. O, en este caso, si puede venderlo como un gesto para congraciarse con Donald Trump y sus exigencias de defensa a Europa.
Minsait
Pero aquí aparece otro obstáculo: Minsait, la parte civil de Indra, que supone en torno al 80% de su facturación pero sólo el 20% del Ebitda (beneficio bruto operativo). Indra lleva mucho tiempo intentando venderla sin éxito porque se trata de un negocio con muchísima competencia -ahí está gente como IBM, Cap Gemini o Accenture, por citar sólo los más grandes- donde Minsait no tiene una ventaja competitiva ni es líder.
Ante esta situación, ha intentado vender alguna unidad de Minsait que sí tiene cierto atractivo, como la de pagos, aunque tampoco termina de cerrar la operación.
Entonces, algunas personas del sector tienen. la tesis de que Telefónica no se va a comprar Indra, pero tal vez sí Minsait. Eso sí podría tener sentido, aunque la operadora no la necesite para nada, si se trata de hacer un favor al Gobierno. Ahora bien, no vayamos tan deprisa. Telefónica tiene grandes inversores internacionales en su capital que no van a aceptar que Marc Murtra haga una operación en contra de sus intereses por presiones políticas. «No parece que Murtra esté dispuesto a inmolarse en el mercado», según una fuente.
La única opción sería que esa compra de Minsait se hiciera a un precio muy barato, con lo que el impacto de las cuentas de Telefónica no sería relevante y no incendiaría a sus accionistas. Pero claro, entonces Indra sería la que sufriría las consecuencias, e incluso podría tener que apuntarse una pérdida si ese precio fuera muy bajo.
Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos, aunque, como ya hemos dicho, con Pedro Sánchez podemos esperar cualquier cosa. De momento, la prioridad de Murtra es la endemoniada renovación del consejo que ha heredado de Pallete, para dar entrada a STC con el mismo peso que la SEPI y contentar a La Caixa, que querrá estar a la misma altura ya que todos tienen el 10% del capital.
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