Surmile: una aplicación centrada en los niños que apuesta por hacer más fácil el día a día de los padres
Surmile es una aplicación para padres con niños de hasta 10 años. Los usuarios reciben cada dos meses en su casa una caja llena de productos para sus hijos. Estas cajas, hechas por la propia empresa, contienen entre seis y ocho piezas de moda, calzado, complementos, puericultura, libros, juguetes y experiencias para los más pequeños de la casa. Los usuarios tienen la posibilidad de elegir lo que se quedan, con arreglo a sus necesidades, y pagar solo por lo que han seleccionado. El proceso no conlleva gastos de envío para el cliente, solo tiene que preocuparse de escoger los productos que necesiten.
Surmile es una startup nacida el 25 de febrero de 2019. Su sede central está en Barcelona y su CEO, Alejandro Ribó, explica a OKDIARIO que la idea de esta empresa le surgió cuando tuvo su segundo hijo, ya que se encontró con necesidades que antes no tenía. Ribó unió esa experiencia a su trayectoria como emprendedor y a través del entorno e-commerce que también conoce puso los cimientos sobre los que se apoya Surmile. La empresa tiene como principal objetivo hacer más fácil el día a día de los padres. Esta aplicación se encarga de analizar y estudiar los estilos y servicios que mejor encajan con el perfil y las necesidades de cada cliente.
Ribó detalla: «Toda la comunicación que tenemos con el usuario es a través de la aplicación, entonces la gente se descarga la aplicación. El perfil suele ser una madre joven trabajadora con hijos que está muy acostumbrada al mundo digital. Se descarga la aplicación y por ahí ya nos dice la primera vez que tenemos contacto con ella, un montón de características del peque, desde las tallas, gustos, necesidades etc». Surmile tiene un elemento diferenciador que detalla Ribó: «Una de las cosas que yo identifiqué desde el principio es que la ropa de los peques no dura nada. Nos centramos ahí, pero después vimos que había otras posibilidades como libros, juguetes, accesorios, complementos o puericultura también eran muy útiles para las familias… En España la gente tiene muy pocos hijos y que sean del mismo género y que hayan nacido en la misma época es casi imposible. Entonces guardar ropa por si tengo otro hijo y le valga teniendo en cuenta que cada vez los pisos son más pequeños, no tenemos trasteros, la ropa…».
Surmile pone remedio a esta situación y en la caja, además de devolver los productos no deseados, añaden una bolsa solidaria que donan a Cáritas, en la que todos los usuarios pueden meter los productos que ya no usen y que estén aún en buen estado. Ribó resalta la importancia de que colaborar con Cáritas: «Nos vienen a buscar la ropa y suelen venir cada dos semanas y ya llevamos cientos de kilos donados». Además, añade que «el usuario de largo plazo que hoy dona mañana compra, pasado vuelve a comprar y el otro vuelve a donar valora de Surmile no solo la conveniencia, no solo que le ayudemos a descubrir nuevas marcas, que el envío sea gratuito, sino que ayudamos a otras personas».
Surmile y el confinamiento
Alejandro Ribó no se esconde y reconoce que en Surmile estaban asustados ante las posibles consecuencias del Estado de Alarma. Sin embargo, se llevaron una grata sorpresa cuando «a los pocos días nos dimos cuenta de que nuestras campañas de marketing funcionaban mejor que nunca y a los usuarios costó muy poco captarlos. Con campañas paradas teníamos más tráfico que nunca y eso solo se debía a que la gente estaba en casa, los niños sin ir al cole y que este servicio a lo mejor no han tenido tiempo de descubrirlo o lo que sea y boca oreja… iban llegando. A partir de aquí nos dimos cuenta de que teníamos que seguir trabajando a tope y que, más allá de una serie de recortes y de planes de contención que habíamos previsto, teníamos que remar doble para dar servicio a toda esta gente». Añade que «durante la pandemia, sobre todo el tiempo del confinamiento, estábamos desbordados y tuvimos problemas con los proveedores que nos suministraban los productos porque algunos estaban en ERTE y no tenían a todo el equipo trabajando, no estaban acostumbrados a que le hiciéramos pedidos tan grandes etc. Nos pilla además con cambio de estación o sea pasamos de productos más de primavera, un poco de frío, a productos de verano puro y la respuesta fue el caos total a nivel interno, en operaciones, en todo, pero bueno crecimiento brutal durante el confinamiento ya que facturamos más que todo el año de 2019».
La facturación del año pasado fue de 20.000 euros mientras que sólo en el segundo trimestre de este año cerraron por encima de los 22.000 euros. Ribó explica que «eso se debe principalmente al aumento de usuarios y al aumento del tique. Ahora tenemos más de 10.000 usuarios en la aplicación y bueno… de esos 10.000 evidentemente no todos son activos y reciben la caja, pero estamos enviando más de 50 cajas al día ahora mismo». Prosigue diciendo: «Durante el confinamiento el tique medio que un usuario compraba ha sido un 30% superior al que veníamos arrastrando los meses anteriores».
Futuro de Surmile
Esta startup española tiene el ojo puesto en Portugal, su CEO asegura que si en el país vecino todo va como esperan las siguientes aperturas serán en Francia y otros países europeos. Son conscientes de que el mercado es expandible: «Probablemente este negocio se ha empezado en España porque somos españoles, pero podría tener mucha más tracción en países como Francia, Alemania, Holanda, Bélgica incluso Reino Unido, aunque con el tema del Brexit pues quizás es complicado». Ribó explica: «Creemos que el momento es ahora, estamos surfeando la ola y no hace falta cumplir toda una serie de objetivos que a lo mejor una empresa tradicional buscaría antes de salir fuera».
Este emprendedor de 35 años admite que de pequeño no era un gran estudiante, pero reclama más apoyo para la gente que quiere ser atrevido y funda un negocio. Para él, gran parte del problema se encuentra en la base educacional: «El principal problema está en las aulas, no se fomenta el emprendimiento. Lo que se fomenta es tener un trabajo bueno, que ganes dinero, con un buen coche y eso es un problema. Y probablemente tenemos que mirarnos al ombligo, no es criticar a la enseñanza sino es criticar al país en general». Además, idéntica otro problema: «Nadie te ayuda y, claro, si no tienes experiencia montando una empresa, todo lo que te encuentras son hostias con perdón de la expresión y, probablemente, hasta que no te has pegado 2 o 3, 4 o 5 veces pues no empiezas a identificar cómo se tienen que hacer las cosas y empezar a equivocarte menos».