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Speed job dating: lo último en reclutamiento express

Encontrar al candidato ideal en una entrevista de apenas 10 minutos. Es el objetivo a que aspira una de las últimas tendencias en búsqueda de talento

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Pasos para preparar una entrevista de trabajo

Dicen que la primera impresión es la que cuenta. Y en el caso de una de últimas tendencias en el mundo de la búsqueda de talento, el speed job dating, más vale que así sea. Porque una primera impresión es todo lo que van a tener tiempo de obtener tanto candidatos como entrevistadores en esta modalidad de reclutamiento y selección acelerada.

Como su nombre permite fácilmente adivinar, el speed job dating –también conocido como speed interview (“entrevista rápida”)– es una adaptación en clave laboral de los encuentros de citas románticas popularizados en los años 90 por la comunidad judía en Estados Unidos para facilitar que sus solteros y solteras se emparejaran. En esta otra modalidad la meta también es encontrar a la soñada media naranja de la manera más rápida posible, solo que en lugar del amoroso, el match que se persigue es de tipo empleador-empleado.

Por lo demás, el funcionamiento es bastante similar al de la variante de ligar. Un determinado número de empresas y candidatos se dan cita en un lugar habilitado para ello y celebran entrevistas de trabajo de entre 7 y 12 minutos de duración cada una durante un periodo de tiempo acotado, que puede oscilar entre una hora y una hora y media. El objetivo es que en ese lapso cada empresa vea a la mayor cantidad de candidatos posible y viceversa. Este tipo de eventos suelen revestirse de foros de networking, en los que además de las entrevistas en sí se dan charlas, se imparten talleres de orientación para el empleo y se crean espacios de interacción entre los asistentes.

Las ventajas de este sistema están muy ligadas a la eficacia en los procesos de selección, ya que permiten cribar a un número relativamente alto de candidatos de manera personal en poco tiempo. “En muy pocos minutos la empresa averigua si el candidato se ajusta al perfil que está buscando y el aspirante si quiere trabajar en esa compañía”, resume Eva Collado, consultora estratégica de Capital Humano.

El tiempo manda

Como es lógico, el reloj es un factor determinante en este tipo de interacciones. ¿A qué da tiempo en 10 minutos? No a demasiado. Por esa razón, Eva Collado recomienda “que ambas partes preparen muy bien la entrevista y aprovechen cada segundo de los que disponen para trasladar bien su mensaje”.

El objetivo fundamental de estos encuentros es pasar el corte. Para lograrlo, el candidato deberá aplicar la técnica del elevador pitch (“discurso de ascensor”), que no es otra cosa que “contar quién eres y qué es lo que buscas profesionalmente hablando en no más de dos o tres minutos”, explica Alicia Pomares, socia directora de Hummanova. Este currículo ultra acelerado deberá incluir “un resumen de experiencia, formación, conocimientos y motivaciones del candidato, explicado con pasión y destacando sus talentos, es decir, dejando claro en qué es bueno”, añade.

Además, tercia Eva Collado, la propuesta de valor que el candidato traslade a su potencial empleador deberá responder claramente a preguntas como: “¿qué problema puede resolver y qué beneficios va a obtener la empresa si apuesten por su candidatura? o ¿qué le hace diferente a otros candidatos?” Esta experta también resalta la importancia del trabajo que el entrevistado haga previamente a la celebración de la entrevista, ya que puede otorgarle puntos adicionales. “Debe informarse muy bien de la empresa de la que se trata, porque esto le permitirá modular su discurso y preparar buenas preguntas para ese potencial empleador”.

También la empresa entrevistadora tiene que hacer sus deberes antes de enfrentarse a uno de estos procesos. Entre ellos, “elaborar un discurso de presentación de la compañía y una descripción del puesto capaces de llamar la atención y despertar el interés del candidato”, subraya Collado. Así como también “diseñar un modelo de entrevista ágil que permita averiguar y validar en dos o tres preguntas todo aquello que sea realmente importante para cubrir el puesto”.

Comunicación paraverbal

Una cuestión a tener en cuenta en este tipo de eventos es el elemento subjetivo. El orden de las entrevistas, por ejemplo, puede influir en el resultado final, ya que, como advierte Venanci Fonfría, coach y técnico de Empleo en el Ayuntamiento de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), “los picos de máxima atención están al principio y al final del proceso de escucha”.

Por ese motivo, este especialista, que ha organizado varios eventos de speed job dating, recomienda a los aspirantes utilizar muy bien la comunicación paraverbal, es decir, los gestos y elementos de la voz como volumen, entonación o ritmo. Se trata, en definitiva, “de cómo lanzo la información para que mi receptor haga esos ‘clicks’ atencionales máximos y el contenido importante o a destacar no se pierda”, explica.

Flechazos laborales

De la misma forma que nadie (o casi nadie) decide casarse con otra persona tras la primera cita, tampoco una empresa y un candidato deberían ligar sus caminos profesionales en base a diez minutos de conversación, por mucha química que surja en esa entrevista. “Es solo un primer contacto que nos sirve para determinar si queremos seguir avanzando en el proceso de selección con esa persona, además de permitirnos dar a conocer nuestra empresa”, insiste Alicia Pomares. En caso de que la impresión mutua sea positiva, el proceso de selección continuará en fases de subsiguientes de una manera más pausada y con mayor nivel de profundidad.

Ahora bien, el amor a primera vista existe. Sobre todo, indica Pomares, cuando el reclutador tiene claro el perfil que busca. “Hay que tener cuidado con los sesgos de la primera impresión, algo en lo que se deberá profundizar en la segunda entrevista. Pero, sí, existe el flechazo”, confirma. ¿En qué momento lanza sus flechas el cupido laboral? “Cuando después de entrevistar a muchos candidatos aparece una persona que no solo tiene la experiencia y los conocimientos requeridos, sino que te parece que puede encajar con la cultura de la empresa y con el equipo”, dice. Y, sobre todo, remata, “si cuando le hablas del proyecto le brillan los ojos. Porque también a los candidatos hay que enamorarlos”.

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