Formación y empleo

La Formación Profesional, una solución al empleo de los trabajadores de mayor edad

Desde los ciclos de Grado Medio hasta la FP para el Empleo, esta modalidad facilita la especialización y la recualificación de forma rápida y flexible

problemas bucodentales en mayores
Trabajador de edad avanzada.

Con una tasa de paro que ronda el 11,6% entre la población mayor de 45 años (datos SEPE), un 14% de trabajadores de entre 45 y 54 años que quieren cambiar de empleo y un mercado laboral en el que una de cada tres ofertas de empleo requiere un título de Formación Profesional, ¿se puede considerar esta modalidad una alternativa a tener en cuenta para los trabajadores de mayor edad? La respuesta parece afirmativa.

“La nueva ley de FP es muy esperanzadora en este sentido porque trata de ser más práctica y orientada a competencias”, señala el director de Adecco Group Institute, Javier Blasco. Una opción que no solo puede responder a las necesidades de digitalización en el mercado laboral, sino que también ofrece ciclos cortos con soluciones rápidas para los requerimientos actuales, o directamente la posibilidad de reciclarse profesionalmente a cualquier edad y en múltiples sectores. Habrá personas que quieran adquirir nuevos conocimientos para sus actuales trabajos, otras que sencillamente quieran dedicarse a algo totalmente diferente a lo que hacen. Pasar, por ejemplo, de la oficina a la cocina puede ser más fácil de lo que pensamos. “En tres o cuatro meses se puede estar perfectamente recualificado para otro trabajo”, aclara Javier Blasco.

Con un 36,8% de ofertas de empleo dirigidas a titulados en FP, esta formación se consolida como la más demandada en España, ligeramente por encima de los títulos universitarios (36,4%), de acuerdo con el último Informe Infoempleo Adecco sobre Empleabilidad y Formación Profesional. El abanico de las posiciones mejor posicionadas abarca las áreas de Administración y Gestión, Electricidad y Electrónica, Instalación y Mantenimiento, Fabricación Mecánica, Comercio y Marketing o Informática y Comunicaciones, aunque también cabe destacar las relacionadas con la Sanidad, el Transporte y Mantenimiento de Vehículos, Química, Hostelería y Turismo.

La relación de estudios, ya sea presencial, online o híbrida, se ha sofisticado con títulos que se atreven con áreas punteras como el Big Data, la Ciberseguridad, Redes 5G, Realidad Virtual, Sistemas Informáticos…. Y que conviven con otros más tradicionales y de los que, sin embargo, hay escasez de profesionales, como ocurre en el transporte, la construcción, la logística o la hostelería. Una situación que un informe elaborado por Randstad y Cepyme atribuye, entre otras, a la falta de competencias formativas, al envejecimiento de la población o a las deficiencias en el catálogo de ocupaciones. Y todo ello redunda en el cierre de pymes, la disminución en la productividad y de la actividad de las empresas.

Una nueva FP

El sistema de Formación Profesional ha dejado muy atrás las etiquetas que distorsionaban el prestigio de estas enseñanzas y se ha dotado de un completo sistema que se nutre de la FP del Sistema Educativo (lo que serían los grados medios, superiores y posgrados oficiales, que también los hay) y de la llamada Formación Profesional para el Empleo, más orientada a la recualificación profesional.

En la actualidad, la oferta de FP cuenta con 584 certificados profesionales, 174 ciclos formativos, 21 cursos de especialización y 756 cualificaciones profesionales, según datos del Ministerio de Educación y FP. Solo en los títulos oficiales, si nos ceñimos al alumnado de mayor edad, en el curso 2020-2021 (último disponible) había 31.289 mayores de 40 años matriculados en ciclos de FP de Grado Medio, 44.185 en la FP Superior y 2,1 millones de mayores de 46 años en la Formación Profesional para el Empleo.

La Formación Profesional es, además, una solución a la escasez de talento tecnológico y al desempleo, una formación considerada más versátil, práctica y rápida que la que puede ofrecer la universidad, aunque el sistema educativo cada vez tiende a una mayor transversalidad y conexión, por lo que se puede pasar con mayor facilidad de la FP a la Universidad y viceversa. Ya es habitual encontrar a graduados y licenciados que recurren a la FP Dual para especializarse y acceder a su primer empleo.

“Actualmente, se están produciendo cambios que cada vez más van a posibilitar una mayor integración de los dos sistemas y la generación de nuevos itinerarios”, explica, en este sentido, el director de los centros de Campus FP, Javier Calvo. La principal ventaja de esto, indica, será “la recualificación y actualización de cualificaciones o adquisición de competencias nuevas”. Algo que ayudará también, en su opinión, a reforzar la presencia de estudiantes de mayor edad en los centros de FP.

El problema, o al menos uno de ellos, reside en la falta de información y asesoramiento. “Hay un abanico de opciones enorme que hay que explicar”, recuerda el director de Adecco Group Institute, quien apunta a la necesidad de que también las oficinas del SEPE cuenten con personal cualificado para orientar a los desempleados.

También para los ‘sénior’

Otro de los problemas se llama “edadismo”, esa barrera invisible que inhibe a las empresas de reclutar a trabajadores considerados “mayores”, y ante la que se considera que hace falta una mayor sensibilización. “La única variable en la que los sénior pueden ser menos competitivos es la flexibilidad, pero compensan con una mayor productividad, habilidades, experiencia, implicación, responsabilidad, toma de decisiones…”, puntualiza Javier Blasco.

La disposición a contratar séniors depende, claro está, de la coyuntura de cada empresa y el bagaje profesional de la persona. “Fundamentalmente se valora la experiencia acumulada muchas veces sobre competencias específicas, aunque una competencia específica reforzada con la adquisición de nuevos conocimientos es lo más deseable”, añade al respecto el director de los centros de Campus FP.

Al final, en opinión de los expertos consultados, se trata de encajar todas las piezas de un puzle en el que los gobiernos faciliten la cualificación y el empleo, con un sistema que admita contratos formativos atractivos y flexibles para mayores de 30 años. Un sistema en el que los centros formativos ofrezcan titulaciones con verdadera empleabilidad, las empresas respeten los derechos básicos sin sesgos de sexo ni edad y los trabajadores o desempleados adquieran un compromiso de formación para mejorar su situación.

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