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Hartazgo en el sector del automóvil tras el enésimo mensaje sobre prohibir el diésel de Sánchez

La Comisión Europea ha señalado por activa y por pasiva que las prohibiciones no tienen cabida en la Unión Europea porque "no son compatibles" con la legislación comunitaria.

Vuelta del curso político, pero mismos discursos. En el sector del automóvil cunde el desánimo tras ver la intervención del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este martes en lo que referente a a las medidas pensadas para sus empresas.

Sánchez volvió a asegurar este martes que su objetivo es prohibir la venta de coches de combustión para 2040, agitando de nuevo las dudas en buena parte de la industria española, que fabrica con abrumadora mayoría vehículos de combustión.

Posteriormente, apenas unas horas después de dar a conocer su ‘Programa Común Progresista’ para supuestamente convencer a Podemos de que les apoye en la investidura y en el que hablaba de prohibir los motores de combustión, el PSOE ha rectificado y ha borrado esta referencia, para hablar tan sólo de la necesidad de que los coches a motor bajen sus emisiones.

«Es imposible conseguir que no se vendan coches de combustión en esas fechas», advierte a OKDIARIO una fuente del sector que recuerda la dificultad que tiene ahora mismo la industria española para conseguir fabricar modelos eléctricos. Hay que tener en cuenta que en 2040, incluso vehículos como los híbridos (de bajas emisiones, pero con emisiones) dejarían de poderse vender.

Además, se señala que esta medida va en contra de las directrices de la propia Comisión Europea, cuya comisaria de Industria y Mercado Interior, Elzbieta Bienkowska, recordó hace escasos cinco días que «bajo la actual normativa de la Unión Europea, una prohibición completa de la comercialización, importación y matriculación de coches nuevos de gasolina y diésel en un Estado miembro no es compatible con la ley».

¿Y las infraestructuras?

Dentro de las 370 medidas anunciadas por el presidente en funciones, se incluye el fomento de «una línea de inversión público-privada de alto impacto para desarrollar en España nuevas tecnologías de baterías».

Sin embargo, teniendo en cuenta que se niegan ayudas para renovar los coches de gasolina y diésel más contaminantes, fuentes de la industria del automóvil creen que estas propuestas no servirán para nada si no se acompañan de «inversiones en infraestructuras que aproximen los puntos de carga a los vehículos».

En definitiva, el hartazgo con la administración es bastante palpable en miembros de la industria automovilística, que ve cómo se están produciendo signos de alarma bastante preocupantes que por el momento no sólo no están siendo atajados -no hay Gobierno y ello dificulta todo- sino que incluso se están agravando con declaraciones irresponsables por parte de la administración del PSOE.