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¿Se ha estabilizado el precio del petróleo?

Barco petrolero de Galp.
Barco petrolero de Galp (Foto: GALP).

Durante meses, hemos vivido una caída importante en el precio de las materias primas. Por un lado, el petróleo se desplomaba como consecuencia de un incremento de la oferta (la entrada de Irán en el mercado internacional) y un presumible descenso de la demanda debido a las menores expectativas de crecimiento de economías como la europea o la china, principal importadora de esta materia. De la misma forma, un cierto repunte en la bolsa provoca que valores refugio como el oro coticen a la baja.

Ahora bien, muy pocos países pueden mantener una producción con beneficios a los precios actuales. Como consecuencia de ello, en los últimos días ha habido un cierto parón en el ritmo de producción. Países como Arabia Saudí, Catar, Venezuela y Rusia han llegado a un acuerdo para frenar la producción diaria a treintaitrés millones barriles. A todo ello, hay que sumarle el hecho que en la próxima reunión en la cual participarán la mayoría de países que forman parte de la OPEP hay expectativas de reducción de la producción.

También ha ayudado la bajada de cotización del dólar. La suma de todo ha permitido que, por primera vez en el año, el precio por barril haya estado por encima de los 40 dólares. Continúa siendo una cifra bastante baja (a muchos productores no les sale rentable producir si el valor no está por encima de los 50), pero marca una tendencia de crecimiento que no hay que menospreciar.

La dependencia del ciclo económico

Uno de los factores que marca de una forma más contundente la variación en el precio del petróleo es la situación económica, ya que marca de una forma muy significativa la correlación entre la oferta y la demanda. Ahora mismo, la oferta aún se encuentra por encima de la segunda. Por lo tanto, por estricta lógica de mercado, el precio debería de ir subiendo hasta igualar los dos valores. Ahora bien, en un contexto en el cual existen tantas interconexiones entre economías y donde la volatilidad es tan grande, un cambio en las expectativas de crecimiento puede provocar como consecuencia una nueva caída del precio del petróleo.

Por lo tanto, aquellos inversores que tengan pensado invertir o inviertan en activos el precio de los cuales dependa del precio del barril (ya sea en fondos de inversión o en empresas cuya actividad es la distribución del petróleo), deben tener en cuenta que, aunque a priori parece que habrá una recuperación en el precio, ésta no está ni mucho menos consolidada. Por lo tanto, para alguien que tenga poca aversión al riesgo y esté dispuesto a asumir riesgos, puede ser una oportunidad si se cumplen la mayoría de predicciones. Ahora bien, no es recomendable para aquel inversor con un planteamiento más conservador.

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