Santander y Popular iniciarán el baile de fusiones bancarias después del 20-D
El Banco de España está alentando un nuevo proceso de concentración del sector financiero español bajo la atenta mirada de las autoridades comunitarias. El objetivo es superar la creciente presión sobre los márgenes del negocio impulsando fusiones bancarias. Al final del proceso está previsto que queden tres grandes grupos liderados por Santander, BBVA y La Caixa.
Según han confirmado fuentes financieras, la integración de Santander y Popular está en todas las quinielas para ser la primera pareja del baile de fusiones. El proceso se pondrá en marcha en la primera mitad de 2016 si las negociaciones llegan a buen puerto.
Los bajos tipos de interés, el crecimiento moderado del volumen de negocio, la competencia y las crecientes exigencias regulatorias han «gripado» al sistema financiero
El banco que preside Ana Patricia Botín ha expresado a Okdiario que no entra a valorar “operaciones especulativas” y recuerda que la prioridad del Santander es el “crecimiento orgánico”, es decir, el aumento del beneficio mediante la actividad bancaria sin adquisiciones de entidades. No obstante, todo apunta a que será la fusión estrella tras las elecciones.
En un segundo plano está la posible fusión de BBVA con Sabadell, lo que impulsaría aún más el negocio en Cataluña de la entidad que preside Francisco González tras la compra de CatalunyaBanc. La tercera concentración sería la más complicada: la que podría incorporar Bankia a Caixabank, ya que existen múltiples componentes políticos que dificultan la operación.
“Todo es posible, pero desde Bruselas apuntan que lo conveniente en tener tres grupos fuertes”, señalan las fuentes financieras consultadas.
Bankia es una entidad controlada por el Estado y hasta que no se privatice no podrá entrar en este baile de fusiones. Aunque primero habrá que integrar a las entidades conocidas en el sector como los “siete enanitos”: Abanca, Liberbank, Unicaja, Ibercaja, Kutxabank, BMN y Bankinter.
Ningún movimiento antes de las elecciones
El pacto tácito es no hacer ningún movimiento oficial hasta que pasen las próximas elecciones generales, ya que toda concentración bancaria tiene repercusión en el empleo y en el número de oficinas.
Una vez que se sepa quien será el inquilino de La Moncloa se iniciarán las conversaciones oficiales que podrán desembocar en operaciones de due dilligence, indispensables en toda fusión. Casi 35.000 puestos de trabajo pueden desaparecer cuando concluya el proceso.
Ninguna de las citadas entidades admite operaciones concretas, aunque el mercado descuenta que los tres grandes (Santander, BBVA y La Caixa) estudian todas las opciones disponibles. El escenario financiero invita a la concentración y ninguno de los primeros espadas quiere quedarse al margen.
“El sistema financiero está gripado”, explican las fuentes consultadas, porque las cuentas de los bancos están muy presionadas por los bajos tipos de interés, el crecimiento moderado del volumen de negocio, la competencia y “las crecientes exigencias regulatorias, especialmente en materia de capital y liquidez”.
Y es que, a pesar de los avances que ha protagonizado el sector desde el estallido de la crisis en 2008, la rentabilidad del conjunto del sistema financiero todavía está por debajo de los niveles necesarios para garantizar la sostenibilidad del negocio.
En medio de este proceso de recuperación, la Unión Bancaria Europea supone un reto mayúsculo, configurando un nuevo escenario en el que las entidades más sólidas y competitivas serán las protagonistas.
Google, Apple y Amazon llegan al sector financiero
Otro de los factores que presiona a la baja sobre la rentabilidad es la entrada de nuevos competidores en el ámbito digital. Empresas como Google, Apple y Amazon están ultimando sus planes para ganar cuota en el mercado de las transferencias comerciales en España. Por ejemplo, Google ya tiene un sistema en EEUU por el que ofrece tarjetas de débito a sus clientes que utilizan el “monedero electrónico”.
Esta transformación digital también afecta al mercado del crédito, ya que Amazon prepara un programa de préstamos a sus vendedores en red. Por su parte, la compañía de la manzana impulsa Apple Pay, que se basa en el uso del móvil para comprar en cualquier tienda sin necesidad de tarjeta.
Un reciente informe de McKinsey pone el foco en esta cuestión, destacando el “gran potencial de crecimiento de las start-up digitales. Tienen tres ventajas competitivas frente a la banca tradicional: su menor estructura les permite ofrecer productos más baratos, suelen ofrecer experiencias “sencillas y atractivas” a los clientes y tienen más facilidad para experimentar e innovar.
La llegada de estos competidores dificulta que los bancos vinculen clientes y realicen ofertas de venta cruzada de productos, fragmentando la oferta. Aunque no todo es positivo, ya que existen riesgos para su desarrollo, como las presiones regulatorias, los problemas de seguridad informática y la tendencia de los bancos a ser más flexibles para adaptarse al nuevo entorno.
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