Economía

Rupert Stadler, presidente de Audi, detenido por el escándalo del ‘dieselgate’

El presidente de Audi, Rupert Stadler, ha sido detenido este lunes por su supuesta implicación en el caso de las emisiones de vehículos diésel del grupo Volkswagen, más conocido como el dieselgate.

Un portavoz de la multinacional alemana ha confirmado que ahora corresponde a las autoridades del país germano determinar si el directivo permanece retenido, así como que se debe aplicar la presunción de inocencia.

La fiscalía alemana incluyó al presidente de la firma de los cuatro aros entre los sospechosos acusados de fraude y publicidad falsa por el escándalo de las emisiones de vehículos diésel del grupo Volkswagen.

Investigado por la Fiscalía alemana

La Fiscalía Estatal de la ciudad alemana de Múnich anunció el pasado 11 de junio que investiga al máximo responsable del fabricante automovilístico.

Además, la semana pasada, se registró el apartamento de Stadler y el domicilio de otro miembro del Consejo de Administración de Audi. La Fiscalía precisó que con estos dos nuevos responsables de Audi asciende a veinte el número de personas investigadas en el caso.

Los fiscales alemanes aseguraron que todos los sospechosos están siendo investigados por presunto fraude y publicidad falsa y por su papel en ayudar a comercializar vehículos con software ilegal en el mercado europeo.

Revisar los modelos A6 y A7

La misma semana se confirmó que la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania obligaba a Audi a revisar los modelos A6 y A7 con motor diésel de tres litros y paralizar la venta de nuevos vehículos de este modelo por contar con un dispositivo ilegal para manipular las emisiones de gases contaminantes.

La KBA anunció a principios de mayo que había abierto una investigación a este respecto y Audi reconoció «incidentes» que habían llevado a la suspensión temporal de la entrega de los vehículos fabricados a los concesionarios.

Entre 2009 y 2015

En marzo del año pasado la Fiscalía de Múnich adelantó que investigaba a Audi por fraude y publicidad ilegal en la venta en EEUU entre 2009 y 2015 de alrededor de 80.000 vehículos.

Según explicó entonces, la sospecha era que se habían instalado dispositivos para manipular los valores de las emisiones con el fin de cumplir los límites fijados en Estados Unidos, sin informar a los compradores.

En enero la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania, dependiente del Ministerio de Transportes, ordenó a Audi llamar a talleres y reparar más de 127.000 vehículos diésel manipulados.