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Ribera se niega a reabrir el proyecto del gasoducto entre Francia y España pese al riesgo de suministro

Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.
Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.
Carlos Ribagorda

Cierre a reabrir el proyecto Midcat, un nuevo gasoducto que uniría Francia y España tras una inversión de 442 millones de euros, para responder a los problemas de suministro que existen en Europa y poder reducir la dependencia del gas ruso, principalmente en centroeuropa. El regulador francés y el español tumbaron el proyecto ya en 2019, decisión que fue ratificada por la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) semanas después.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha reiterado esta semana que ese proyecto no se va a recuperar pese a que la amenaza de invasión rusa de Ucrania ya era inminente. Ribera señaló en una comparecencia pública con la comisaria europea de energía, Kadri Simson, que este proyecto no llegaría a tiempo para resolver los problemas «a cortísimo plazo» y abogó por reorientar el proyecto hacia otras tecnologías, como el hidrógeno, que será prioritario sobre el gas en un plazo de quince años.

En los últimos doce meses desde Francia ha llegado a España el 6,6% de todo el gas consumido en el país, según los datos de Enagás, convirtiéndose en el quinto suministrador de España tras Argelia, Estados Unidos, Nigeria, y Rusia -8,5% del total-. Pero, en enero de este año, el gas que ha llegado a España desde Francia se ha reducido hasta suponer el 4,9% del total.

Las autoridades españolas, también Enagás, han negado que vaya a producirse desabastecimiento de gas pese a la invasión rusa de Ucrania y la posibilidad de que, a consecuencia de las sanciones económicas que impongan EEUU y la UE a Rusia, Vladímir Putin decida cerrar los gasoductos que traen a Europa el 20% de su consumo -55% en el caso de Alemania-.

Caen las reservas

La posición de España, aseguran, es suficiente pese a que han caído las reservas estratégicas un 27% desde el cierre del gasoducto del Magreb, que unía Argelia y España por Marruecos, el 1 de noviembre. Hay gas en las regasificadoras, dicen, y, además, Enagás ha anunciado la subasta de cuatro nuevos slots para el desembarco de cuatro metaneros más en marzo -había autorizado ya 29-.

Sin embargo, el desarrollo de la guerra es imprevisible y las consecuencias, también. Sin gas ruso y sin el gasoducto del Magreb, España pierde más de un 25% del gas que consumía en octubre y que tiene que sustituir comprando en otros mercados. Ahí es donde los anteriores gobiernos decidieron apostar por un nuevo gasoducto entre Francia y España.

De momento, Estados Unidos ha sustituido a Argelia y ya es el primer suministrador de gas a Europa y España en enero.

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