Materias primas

La recuperación económica es la razón por la que el oro seguirá cayendo pero el petróleo no

gas petróleo Ucrania
Pozo petrolífero.
Laura Piedehierro
  • Laura Piedehierro
  • Periodista. Cuando no escribo del Ibex 35 me gusta mirar cuadros. Antes en Estrategias de inversión y ahora aquí.

Saltan las alarmas en los mercados de materias primas. Los precios del oro y el petróleo han registrado importantes descensos en el inicio de la semana. Las perspectivas de recuperación económica y, por tanto, un posible cambio en las políticas implementadas por la Reserva Federal se esconden detrás del descenso de los metales, razón por la que el crudo no debería seguir cayendo.

En la madrugada del pasado lunes, el oro bajaba a mínimos de cuatro meses y perforaba los 1.700 dólares con descensos que superaban el 4,4%. Una caída rápida y pronunciada que se conoce como flash crash y que también afectó a la plata. En el caso de este último metal el recorte llegó al 7,5% y visitó mínimos de más de ocho meses al ceder hasta los 22,50 dólares por onza.

Detrás de esta liquidación, los analistas sitúan el informe de empleo de EEUU que se conoció el pasado viernes y que, con cifras por encima de las previstas por el mercado, provocó subidas en el dólar y las rentabilidades de los bonos del Tesoro. Los avances en la moneda estadounidense resta atractivo al oro para aquellos inversores en otras divisas, ya que se produce un encarecimiento automático del metal precioso, que se paga en “billetes verdes”.

En julio, la mayor economía del mundo logró sumar 943.000 nóminas no agrícolas, mientras que el desempleo cayó en medio punto porcentual, hasta situarse en una tasa del 5,4%. “El mayor optimismo respecto al mercado de trabajo estadounidense provocaba que los mercados vieran más cerca el inicio del desmantelamiento de la extrema generosidad monetaria por parte de la Reserva Federal, de forma que el oro perdería atractivo frente a unos tipos de interés potencialmente más altos en el futuro cercano de EEUU”, explican desde Intermoney Valores.

Pese a la pausa en la fortaleza del dólar, los temores a una subida de tipos de interés por parte de la Fed siguen limitando las ganancias del oro y tanto el precio al contado como los futuros de entrega en diciembre logran mantenerse en torno a los 1.720 dólares por onza. Los expertos de Intermoney Valores también consideran que la positiva evolución laboral de EEUU permitiría reducir las incertidumbres de cara a su futuro económico y, por ende, provocaría que los inversores se vieran menos empujados a buscar refugio en el oro.

En la misma línea, los expertos de Julius Baer no ven a ninguno de estos metales como una oportunidad de compra, ya que, en su opinión, la demanda de refugio debería debilitarse aún más a medida que se recupere el crecimiento global, “llevando a los precios algo más abajo”. Más allá de esta caída repentina, entienden que lo ocurrido con estas materias primas envía el mensaje de que el impacto económico de la variante Delta de coronavirus debería ser muy limitado, de forma que la recuperación debería continuar.

Petróleo

Las subidas del dólar, que llegó a alcanzar máximos de cuatro meses frente al euro, y el repunte de las rentabilidades de los bonos estadounidense también presionaron a la baja los precios del petróleo, llegando en el caso de los futuros del crudo Brent de referencia en Europa a perder el nivel psicológico de los 70 dólares por barril.

El “oro negro” también se vio afectado por los temores sobre los efectos que las nuevas restricciones para intentar reducir los contagios de covid-19 en Asia, especialmente en China, puedan tener sobre la demanda de combustible. Las conclusiones de un panel de expertos de las Naciones Unidas sobre el cambio climático también pensaban sobre el crudo. Según los analistas de Julius Baer, “estas turbulencias deberían sacudir el mercado sólo temporalmente, sin un impacto significativo y duradero”.

En el banco suizo estiman que, a corto plazo, la dinámica de la demanda de petróleo ante la recuperación de la economía mundial debería seguir siendo un viento de cola para los precios, cuyos sólidos fundamentos sólo podrían descarrilar si la situación de la pandemia se agrava mucho más. Eso sí, advierten de que la producción y la demanda tenderán al equilibrio a largo plazo, a medida que los países productores alivien sus restricciones.

Lo harán gradualmente hasta eliminar el ajuste de 5,8 millones de barriles diarios implementado hace un año en respuesta a la crisis del sector provocada por el coronavirus. A principios de agosto entró en vigor el acuerdo de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores aliados, el grupo conocido como OPEP+, de incrementar su producción en 400.000 barriles de crudo al día. En diciembre volverán a evaluar la situación.

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