Economía

El presidente de Repsol critica «la demonización de los combustibles fósiles»

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha señalado en un artículo publicado en ‘Financial Times’ que «la demonización de los combustibles fósiles» está perjudicando a la industria en Europa.

Brufau considera que «los políticos deben ser más pragmáticos» en la lucha contra el cambio climático porque hay iniciativas que no están teniendo en cuenta que podrían aportar «numerosas soluciones».

En un artículo firmado por Brufau y publicado este domingo en la web del diario económico ‘Financial Times’, el presidente de Repsol afirma que «la clase política europea, queriendo aplacar a los ciudadanos, cada vez más preocupados por los efectos del cambio climático, recurre a declaraciones vistosas que generan buenos titulares, pero que no conducen necesariamente a buenas políticas».

Brufau añade que «un buen ejemplo» de ello es «la demonización de los combustibles fósiles», un enfoque que «está perjudicando la competitividad de la industria europea» en su conjunto y que, en muchos casos, «se ve abocada a trasladar su producción a otros países con una legislación más laxa», lo que provoca que las emisiones de CO2 sigan creciendo en el conjunto del planeta.

En el artículo, en el que pide una reflexión más amplia sobre determinadas políticas europeas que considera poco eficientes para conseguir una reducción de las emisiones, Brufau defiende el papel innovador y de motor de desarrollo que ha tenido históricamente la industria en el continente y lamenta que Europa ahora esté «mermando su capacidad para crear puestos de trabajo bien remunerados y mantener el liderazgo en innovación industrial».

«Europa, que representa tan sólo un 10% de las emisiones mundiales de CO2, pretende que el 20% del PIB proceda de la industria» pero, desafortunadamente, «este porcentaje permanece estancado en 17% desde hace casi una década», añade.

«Mientras tanto -asegura Brufau-, China, que representa un 28% de las emisiones globales, parece capaz de liderar el progreso tecnológico y atraer la inversión de industrias europeas, entre las que se incluyen los fabricantes de automóviles, que se están viendo expulsados de sus propios mercados de origen por esta narrativa de quienes compiten por quién es el más verde».

En el artículo, titulado «Los políticos deben ser pragmáticos en la lucha contra el cambio climático», el presidente de Repsol reflexiona sobre la necesidad de una exigente gobernanza global, más que regional, en este asunto, así como sobre la preservación de la competitividad industrial y el riesgo de deslocalización, la necesaria neutralidad tecnológica, a la que se contraponen subvenciones excesivas a determinadas tecnologías, o la disponibilidad de soluciones de menor coste y más efectivas a corto plazo para reducir emisiones.

Brufau se pregunta en el artículo, recogido por Europa Press, cuál es la visión europea en términos de creación de riqueza y lamenta que «parece que somos incapaces de ver más allá de soluciones simplistas al problema de las emisiones».

Como alternativa, Brufau propone varias soluciones, como dedicar el 15% del impuesto sobre hidrocarburos a programas de reforestación a gran escala para compensar las emisiones de todo el sector del transporte por carretera europeo, y conseguir así un eficaz sumidero de carbono mientras van madurando otras tecnologías de eliminación de CO2.

Estos proyectos de reforestación que, según el presidente de Repsol, «resultan viables desde tan sólo 15 euros por tonelada de CO2 absorbida, revertirían además décadas de descontrolada deforestación mundial y crearían actividad económica en zonas rurales, donde la falta de empleo y de perspectivas de futuro han mermado la población y los servicios».

«Por contra, los ciudadanos españoles subvencionan el vehículo eléctrico a un coste de alrededor de 900 euros por tonelada de CO2 ahorrada», lo que «beneficia comparativamente a las élites urbanas, que son quienes más están adquiriendo este tipo de vehículo», señala Brufau.

Vehículos

Otra de las soluciones propuestas por el presidente de Repsol es la renovación de la flota de vehículos, que «en España tiene una antigüedad media de 12 años, por lo que el Gobierno podría reducir mucho más rápidamente las emisiones de CO2 ayudando a la mayoría de los ciudadanos a sustituir sus motores de combustión antiguos por otros nuevos».

«En mi empresa -asegura el presidente de Repsol-, las refinerías han reducido por eficiencia su consumo energético en un 20% en los últimos diez años» y, frente a ello, «los políticos no están ofreciendo a los ciudadanos incentivos a la eficiencia», como ayudas a la adquisición de las luces LED, electrodomésticos de nueva fabricación o aislamiento de edificios.

«Tampoco están explicando a sus electores que la eficiencia también requiere de una implicación individual, al igual que ahorrar agua o reciclar», apunta.

Respecto a las técnicas de captura, uso y almacenamiento del carbono, Brufau cree que «necesitan de un gran desarrollo y es primordial que las políticas públicas presten su apoyo cuanto antes a las medidas ya adoptadas por la industria», especialmente si tenemos en cuenta que los países en desarrollo «seguirán utilizando, legítimamente, su carbón autóctono para generar electricidad en años venideros». «Necesitamos menos retórica y más acción eficaz», concluye Brufau.