El precio de los carburantes enfila la recuperación: acumula un encarecimiento del 13% en 2021
La crisis del coronavirus ha asestado un golpe sin precedentes al precio de los carburantes que con la relajación de las medidas restrictivas impuestas por los distintos gobiernos y el avance de la campaña de vacunación ha comenzado a recuperarse. En concreto, el precio de los carburantes ha vuelto a escalar esta semana a nuevos máximos anuales y acumula ya un encarecimiento en lo que va de 2021 de hasta un 12,7%.
En concreto, el precio medio del litro de gasolina, después de haber cortado la pasada semana una racha de cinco subidas consecutivas, ha vuelta a las alzas (0,07%), para alcanzar los 1,351 euros, su nivel más alto desde finales de mayo de 2019, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Por su parte, el precio del gasóleo encadena esta semana su séptimo repunte, para tocar los 1,212 euros el litro, su nivel más alto desde febrero del año pasado.
Antes de Semana Santa ambos carburantes ya recuperaron niveles previos al impacto de la crisis del coronavirus, después de acumular desde noviembre un repunte de casi el 16% en la gasolina y de más del 17% para el gasóleo.
Casi un 13% más caro
En lo que va de año, el precio medio del litro de gasolina acumula ya un encarecimiento del 12,67%, mientras que el del gasóleo remonta más de un 11,7%. Este incremento en los precios de los carburantes en los últimos meses ha venido de la mano de la recuperación en el precio del petróleo en los últimos meses.
El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotizaba este jueves a 71,36 dólares, mientras que el Texas americano se intercambiaba a unos 68,84 dólares.
No obstante, la gasolina sigue estando más barata en España respecto a la media de la Unión Europea (UE) y la zona euro, donde el litro cuesta 1,477 euros y 1,529 euros, respectivamente, al mismo tiempo que el litro de gasóleo cuesta de media 1,318 euros en la UE y 1,340 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.