¿Por qué existen precios diferentes según el país en el que nos encontremos?
No en todos los países o regiones los consumidores aprecian y valoran las mismas características de un producto. Aunque, consecuencia de la globalización, se ha tendido hacia una cierta uniformidad de las preferencias, cada territorio conserva características específicas que toda empresa tiene que conocer para poder vender allí su producto.
Así pues, según cuales sean los atributos más valorados por los consumidores de cada lugar, se podrán colocar precios distintos a un mismo producto según el lugar donde se comercialice. Es decir, aquello que en un lugar puede ser considerado como casi exclusivo, en otro no tendrá la misma valoración y el precio deberá de ser inferior. Este hecho abre grandes oportunidades a las compañías para:
– Obtener un mayor margen: en los mercados donde el producto es más valorado, al ser la diferencia entre el precio y el coste unitario mayor, también lo será el margen de beneficio.
– Ser más competitivos: gracias a los beneficios obtenidos en los mercados antes comentados, la empresa podrá reducir el margen en los lugares donde las características del producto no son tan apetecibles y, así, conseguir una mayor cuota de mercado sin ver mermados sus beneficios, ya que aquello que deja de ganar en estos mercados lo compensa sobradamente con los altos beneficios de los otros.
¿Por qué surgen estas diferencias también en mercados similares?
Las diferencias en los precios también pueden darse entre mercados que comparten unas características muy similares. Entonces, esta variación puede ser causada por alguno de los siguientes factores:
– Elasticidad precio de los consumidores: aunque compartan preferencias, puede que la actitud ante cambios de precio sea distinta en un lugar que en otro. La elasticidad precio es el cambio en el comportamiento del consumidor en términos de compra cuando se estipula una variación en los precios. Así, podemos encontrar: elasticidad precio baja, en la que el cambio en los hábitos de consumo es menor que el cambio del precio; y elasticidad precio alta, en la que el consumidor es muy sensible a los cambios del precio.
– Dificultades en la logística o en ofrecer el servicio: las infraestructuras y facilidades para poder desarrollar la actividad comercial no son las mismas en todos los países. Ello puede encarecer determinados aspectos que afectan al precio del producto, como el transporte. Por lo tanto, para mantener el margen, la compañía se verá obligada a repercutir este coste mayor al cliente en forma de subida de precio del producto.
– Por la diferencia en el desempeño del equipo de ventas: se debe a un factor estrictamente humano. Puede que, en un territorio, el equipo de ventas no haya sido capaz de transmitir con la misma solvencia que en otro lugar los atributos y propiedades del producto que captan la atención del consumidor.
– Por no haber realizado correctamente el correspondiente estudio de mercado: sencillamente, puede pasar que la empresa, al realizar el estudio de mercado, haya sido incapaz de plasmar correctamente las preferencias de la población, que realmente son otras y no de acuerdo con el producto que se ofrece.
Temas:
- Manual del Emprendedor
Lo último en Economía
-
Adeslas comunica a los mutualistas de Muface que la atención sanitaria finalizará el 31 de enero
-
El Ibex 35 sube un 0,47% en el cierre y recupera tres semanas después los 11.700 puntos
-
La CNMV suspende la cotización de Duro Felguera tras caer un 20% por la indemnización que pide Sonelgaz
-
Increíble sorteo viral de Aldi: regalan vales de 100€ para gastar en juguetes y la gente se vuelve loca en las redes
-
Thyssenkrupp Steel Europe recortará 11.000 empleos para 2030, el 40% de su plantilla
Últimas noticias
-
Siete condenados por humillar en grupo a un homosexual, arrojarlo a una fuente y orinar sobre él
-
García Ortiz y su fiscal bromearon con añadir «un poquito de cianuro» a la nota contra el novio de Ayuso
-
Trump frente al «dogma ‘woke’ de la corrección política»
-
Todo sobre Kira Miró: su edad, su trabajo, su pareja, hijos…
-
Los barrios de Madrid que odian los madrileños: jamás querrás vivir en ellos