Economía

La política de «Covid cero» de China dañará a la economía mundial tanto o más que la guerra en Ucrania

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La economía china apunta a una mayor ralentización con serias consecuencias.

El colapso del puerto de Shanghai, el mayor del mundo, por la variante ómicron en China causará los mismos estragos en la cadena global de suministros que los que se produjeron a mediados de 2021, ralentizando notablemente el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Esto inevitablemente supondrá daños a la economía mundial equivalentes a los de la guerra de Ucrania o incluso más graves.

Desde el pasado 28 de marzo, las autoridades de Pekín impusieron un confinamiento estricto a los 26 millones de habitantes de Shanghai ante los rebrotes de Covid, paralizando el tránsito de bienes de esta terminal vital para el comercio internacional, por el que circulan 47 millones de contenedores y se canaliza el 30% de las exportaciones chinas. Según fotografías por satélite recientes, unos 470 barcos hacían cola en este puerto, que, para hacerse una idea de su dimensión, es nueve veces más grande que el de Valencia.

La implacable política de «Covid cero» de China -que llega unos meses antes de la reelección del presidente del país, Xi Jinping, en el Congreso del Partido Comunista Chino del próximo otoño- ha restringido casi por completo la movilización de unos 400 millones de ciudadanos en al menos 45 ciudades en un intento desesperado por frenar el avance de la pandemia en el país más poblado del mundo. Eso representa el 40% del PIB chino, equivalente a 7.200 millones de dólares, según la firma Nomura Holdings.

«El impacto económico será mayor que el de la guerra de Ucrania», opina Jaume Hugas, profesor del Departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade. Asimismo, prevé que, si a esta situación se une la invasión de Ucrania, la cadena logística mundial volverá a sufrir las tensiones del año pasado, y se verán especialmente afectados los sectores de automoción, el textil, el juguetero y el eléctrico -por la escasez de paneles solares que se fabrican en toda el área de Shanghai-.

«Podemos empezar a ver de nuevo escasez de algunos componentes que salen del puerto de Shanghai», advierte Federico Steinberg, investigador principal del Real Instituto Elcano. «Para algunas empresas puede significar que no les lleguen productos necesarios para su procesos productivos», agregó este experto, que también contempla un impacto «equivalente al de la guerra de Ucrania» y una aceleración de la inflación.

En este momento, los contenedores pasan al menos 8 días de espera en el puerto, lo que ha provocado importantes retrasos en las cadenas productivas y también ha causado la descomposición de alimentos frescos. Hasta Tesla ha tenido que cerrar las puertas de su fábrica Giga en Shanghai, donde producía 2.000 coches eléctricos al día.

Según confirmó a este diario una portavoz de la compañía de transporte marítimo Maersk, los volúmenes de camiones se han recuperado ligeramente pero las redes de ferrocarril aún tienen dificultades para trasladar los contenedores vacíos en ubicaciones del interior. «Estamos trabajando estrechamente con nuestros clientes y socios, buscando soluciones alternativas que incluyen servicios multimodales entre Shanghai y las ciudades cercanas», señaló.

Desaceleración de la economía china

En un artículo reciente publicado en el periódico Asia Times, Alicia García-Herrero, economista e investigadora del instituto de análisis Bruegel, con sede en Bruselas, afirmó que «las imágenes del confinamiento de Shanghai seguramente no serán tan preocupantes para los observadores de Occidente como la guerra de Ucrania, pero sus consecuencias negativas en la economía podrían ser incluso mayores».

Esta afirmación, que le acarreó algunas críticas en las redes sociales, se fundamenta en el hecho de que la economía china es 10 veces más grande que la rusa y «una parada repentina de las manufacturas de China sería una conmoción importante para la economía mundial, ya que China exporta un tercio de los bienes intermedios del mundo».

La economía china, la segunda más grande del planeta, creció un 4,8% interanual en el primer trimestre, pero se deteriorará en el segundo, según ING, que pronostica que el PIB de Shanghai tendrá un comportamiento muy malo en abril puesto que las ayudas estatales no serán suficientes para compensar los daños derivados de los confinamientos, argumenta. El banco holandés no descarta revisar a la baja sus previsiones para la economía del gigante asiático y eso tendrá serias ramificaciones en otras partes del mundo como Europa.

«Está claro que el atasco del tráfico en Shanghai sumará más problemas al crecimiento de la eurozona», diagnostica Carsten Brzeski, jefe de análisis macroeconómico de ING. «En realidad, los viejos problemas de la cadena de suministro no han acabado. Esto es prácticamente una repetición de lo del año pasado y, encima de eso, tenemos precios más altos de la energía y las materias primas, así como nuevas interrupciones en la cadena logística por la guerra en Ucrania. Es difícil ver cómo la economía de la eurozona puede evitar un estancamiento en los próximos trimestres», afirma.

Hugas espera que la crisis de suministro empezará a sentirse en España a finales de mayo, aunque parece que aquí seguimos con los ojos cerrados a los acontecimientos de China, como ya pasó en los primeros momentos de la pandemia del coronavirus, actuando en un mundo paralelo ficticiamente aislado de la globalización. «En España cuesta ver la crisis que se avecina porque los puertos no dan datos de los distintos sectores, no hablan de contenedores totales», apunta.

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