Malestar en la CNMV: dimisiones, tensiones internas y críticas a la gestión de Carlos San Basilio
Varios directivos han renunciado o valoran hacerlo tras el clima de presión y declaraciones polémicas


El ambiente en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) atraviesa uno de sus momentos más delicados desde la llegada de Carlos San Basilio a la presidencia. Según fuentes internas, se ha disparado el malestar entre directivos y altos funcionarios del organismo, provocando ya varias renuncias y dejando otras en fase de consideración por parte de mandos intermedios. La sensación que tienen es que «nunca se había injerido tanto en el trabajo de los técnicos, ni se había dejado hacer tan poco». Se piden «modificaciones en algunos informes o en análisis habituales», en muchos casos «sin sentido».
Las tensiones han alcanzado su punto álgido tras la reciente intervención de San Basilio en el Congreso, donde aseguró que la CNMV no tiene autonomía para gestionar su plantilla. Aunque es algo de lo que se habían quejado también sus predecesores, sus palabras han generado un profundo malestar entre los profesionales de la casa, especialmente entre quienes se habían ofrecido a asumir, aunque sólo fuera temporalmente, los cargos que actualmente están vacantes. Se han sentido desautorizados y menospreciados por unas declaraciones que interpretan como un desprecio a la capacidad técnica del personal interno.
A esta situación se suma la creciente percepción de que, bajo el actual mandato, la CNMV está experimentando un «excesivo alineamiento político». Empleados consultados afirman que no recuerdan un grado de presión semejante en etapas anteriores, ni siquiera bajo presidencias que coincidieron con momentos de gran agitación en los mercados. El nombramiento de Mariano Bacigalupo, marido de Teresa Ribera, como consejero de la CNMV, es algo que consideran un favor que se le hace por ser «la pareja de la ex ministra». Que la Audiencia Nacional tenga que decidir si es un nombramiento idóneo para la Comisión «no ayuda a descargar el ambiente».
Resulta en todo caso curiosa la desafección del personal, toda vez que San Basilio asegura que «falta independencia» a la hora de decidir los cargos. Pero los técnicos consideran que esa mayor independencia no beneficiaría a los funcionarios de carrera, sino a quienes, de forma externa, se quisiera nombrar, lo que podría «viciar el proceso de selección en la entidad», y llevar a una mayor «dependencia política».
Gestión cuestionada
El caso más visible de esta desafección ha sido la salida de algunos cargos clave que, hasta hace poco, ejercían funciones de gran responsabilidad. Aunque en la mayoría de los casos no se han hecho públicas las razones oficiales, dentro del organismo se da por hecho que se trata de dimisiones motivadas por discrepancias con la nueva dirección.
A ello se une el retraso en la cobertura de esos puestos, lo que ha obligado a distribuir tareas entre los equipos y ha elevado en algunos casos la carga de trabajo.
Las fuentes consultadas apuntan a una gestión cada vez más centralizada, con escaso margen para el criterio técnico independiente. «No se trata solo de una cuestión de recursos humanos, sino de un cambio de cultura», aseguran desde la propia CNMV.
Un cambio de estilo
Carlos San Basilio fue nombrado presidente de la CNMV en marzo de 2024 tras una carrera ligada al Ministerio de Economía y una etapa como secretario general del Tesoro. Su llegada ya generó ciertas reticencias por su perfil eminentemente político-administrativo frente al carácter técnico que tradicionalmente ha marcado a los presidentes del organismo, a pesar del bagaje que tenía en distintas instituciones.
La inquietud entre los trabajadores se ha hecho más patente en las últimas semanas, coincidiendo con las nuevas prioridades marcadas por la dirección, entre ellas un mayor control sobre la comunicación externa y las relaciones institucionales.