Economía

Los riesgos de no fijar correctamente el capital inicial

Una de las principales preguntas que se hace un emprendedor cuando debe abrir un negocio es: ¿cuánto necesito para empezar la actividad? ¿Qué capital inicial incorporaré en la sociedad como propio? Son dos aspectos fundamentales que tendrán una importancia extrema en el desarrollo de la actividad posterior y, también, respecto el control que tendrá el fundador de la empresa.

Empezar con una cantidad excesiva

Algunas veces, “para asegurar”, hay quien prefiere empezar con una cantidad muy alta para, así, no tener que pedir más financiación en un futuro y, así, tener un mayor control sobre sus costes futuros. A la vez, al aportar una parte importante del capital social, se asegura que en futuras ampliaciones nadie podrá aportar o no se necesitará aportar una cantidad tal que provoque que pierda el control directivo y decisivo de la compañía. Ahora bien, esta decisión entraña los siguientes riesgos:

Empezar con una cantidad insuficiente

Del mismo modo, hay personas que deciden empezar con una cantidad modesta. Su razonamiento, que así no arriesgan una parte importante de su capital y que tampoco precisan endeudarse hasta unos niveles exagerados. Ahora bien, ello también acarrea una serie de consecuencias negativas, que son las siguientes: